Elecciones catalanas: Los deberes del futuro presidente de la Generalitat

  • Cataluña está en números rojos y sus ciudadanos muy cabreados tras la sentencia del Estatut. Éstos son los dos grandes retos a los que se enfrenta el sucesor de Montilla. Pero hay más.
Beatriz Toribio

Sea quien sea el nuevo presidente de Cataluña tiene una ardua tarea a la que hacer frente. Quizás cuatro años son pocos para conseguir que la economía catalana salga de la UVI; que los catalanes se reconcilien con España y que problemas como la integración de la inmigración, los retos de la educación y las obras pendiente tengan por fin una respuesta contundente.

Varios expertos consultados por lainformacion.com coinciden en que éstos serán los principales retos del nuevo inquilino del Palacio de la Presidencia:

- Economía, economía y más economía. Si algo va a pesar en los catalanes a la hora de votar va a ser la situación de su bolsillo y el futuro president no debe defraudarles. Según el sociólogo Jordi Sauret“se necesita un Gobierno catalán fuerte que salga de la crisis y eso va a significar medidas impopulares” al mismo tiempo que “deberá ver cómo mantener las políticas sociales a las que estamos acostumbrados. Y en este sentido quizás el sector público no lo puede cubrir todo y se necesitará ir al privado”.

¿Pero cómo se puede sacar a Cataluña de la crisis? Según Gonzalo Bernados, profesor del Departamento de Teoría Económica de la Universidad de Barcelona (UB), el nuevo Ejecutivo “debe crear un modelo económico propio basado en la autenticidad catalana porque el modelo del tripartito, dirigista e intervencionista, ha fallado y a Cataluña le ha ido bastante mal”.Impulsar la industria agroalimentaria, modernizar el sector turístico y mantener la construcción son las fórmulas que propone este economista.

Pero sobre todo, Bernados apuesta por defender la figura del empresario y crear un entorno favorable para los emprendedores porque “hoy a una empresa catalana le compensa más ubicarse en Valencia o Aragón por las trabas burocráticas, subvenciones o tasas medioambientales”.

Josep Oliver, catedrático de Economía Aplicada, considera que el principal reto del nuevo inquilino del Palacio de la Presidencia “es recuperar el potencial industrial catalán, donde la pérdida de empleo ha sido mayor que en la construcción. Ésta es la base de cualquier recuperación futura”.

Y todo ello tendrá que hacerlo sin apenas margen de maniobra. Cataluña está endeudada hasta las cejas, lo que le ha obligado al Govern a emitir bonos de su deuda a particulares en un intento por captar recursos. Contener el déficit y lograr que la situación financiera recupere la normalidad son dos objetivos que condicionarán la próxima legislatura.

- Encajar Cataluña con España. El malestar que ha generado en la sociedad catalana la sentencia sobre el Estatut ha abierto una herida difícil de curar, lo que explica el auge de votantes y formaciones independentistas. “Es imprescindible una remodelación del acuerdo y el pacto constitucional, de revisar el texto constitucional porque es la única forma de plantear el resto de temas, como el nivel competencial, la gestión de recursos económicos y el resto de reivindicaciones históricas” explica Josep maría Reniu, profesor del Departamento de Derecho Constitucional y Ciencia Política de la UB.

Según Reniu, las consecuencias que está provocando esta desafección de la sociedad catalana suponen unos “efectos tan negativos” para el Estado español y el catalán que es imprescindible “revisar las reglas del juego”.

Pero eso no será posible a corto o medio plazo en opinión del sociólogo Jordi Sauret, ya que hasta que no se celebren las elecciones generales “se podrá hacer poca cosa”. Y cuando se conozca quién estará en La Moncloa hay dos escenarios: “Si de las elecciones catalanas sale un Gobierno fuerte y de las generales sale un Ejecutivo débil, hay posibilidades de avanzar” explica Sauret. Pero si en Madrid se forma un Gobierno fuerte “son dos trenes que chocan y la cosa se complica”, añade.

Sea pronto o tarde, “tendrá que hacer un pacto” para evitar que esta situación se complique aún más. Y el carisma y fuerzas con las que cuente el nuevo Govern serán cruciales en este punto.

- Inmigración. Éste es un tema tabú para los políticos -salvo para el PP que está centrando buena parte de su campaña en esto- pero “al votante del PSOE le preocupa más que el tema del castellano o el catalán”, explica Jordi Sauret.¿Y qué puede hacer un Gobierno en una competencia en la que tiene mucho que decir Madrid? Según Josep María Reniu el futuro Govern tiene que “profundizar en políticas de integración”, especialmente dirigidas a determinados núcleos de población del interior.

Josep Oliver considera que ante la gravedad de la crisis, el papel de la inmigración en la sociedad catalana “será uno de los problemas más graves” de solucionar y que por ello “el Pacto Nacional de la Inmigración debe seguir desplegándose”.

- Infraestructuras. Nunca antes se ha invertido tanto en las infraestructuras de Cataluña como en la última década: la inauguración de la T1 del aeropuerto, ampliación del puerto, la estación del AVE de La Segrera o nuevas líneas de Metro, son algunos de los grandes logros.

Pero hay grandes temas pendientes, como una mayor inversión por parte del Estado en Cercanías y sobre todo, “un empujón definitivo al Eje Mediterráneo”, señala Reniu. Una promesa que nadie acaba de cumplir. “No es lógico que dos ciudades tan importantes como Barcelona y Valencia no tenga aún conexión ferroviaria” añade Sauret.

La configuración del control del aeropuerto del Prat dentro de la privatización a la que se enfrenta AENA; extender el AVE a Francia e impulsar el Eje Transversal Ferroviario son algunas de las principales obras en las que se deberá trabajar en la próxima legislatura.

Sin embargo, según Gonzalo Bernados, al Govern “le queda poco dinero para hacer algo” por lo que sólo “podrá llevar a cabo labores de mantenimiento, acabar las obras previstas y poco más”. Y es que con los números tan rojos como los que tiene Cataluña, no se le puede pedir al Govern que invierta más porque eso tendría repercusión en el déficit.

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