¿Choque de trenes Govern-Gobierno? ¿Dónde llevará el desafío soberanista?

  • Es posible que el Parlament y/o el Govern en un acto de sedición desobedezca al TC. Entonces el Gobierno deberá aplicar medidas ejecutivas.
Puigdemont proclamará la república en el balcón de la Generalitat el 3-O si triunfa
Puigdemont proclamará la república en el balcón de la Generalitat el 3-O si triunfa

Todo indica que esta semana podría ser la decisiva. La de la tramitación de la ley del Referéndum del 1-O que aprobará la Mesa del Parlament o se convocará por Decreto-ley del Govern. A continuación el Consejo de Ministros recurrirá al Tribunal Constitucional (TC). El TC anulará el acto y a partir de ahí nada es seguro. Puede haber muchas alternativas.

Si se acata esa decisión por la Generalitat, ahí se acaba la función.

Pero es posible que el Parlament y/o el Govern en un acto de sedición desobedezca al TC. Entonces el Gobierno deberá aplicar medidas ejecutivas. Se supone qué consistirán en recobrar las competencias en materia de Orden Público. Los Mossos pasarán a depender del Delegado del Gobierno. El objetivo: dejar al Govern sin su brazo ejecutivo. También las competencias en educación, con el objeto de controlar los hipotéticos lugares de votación.

A partir de ahí el President Puigdemont puede salir al balcón de la Generalitat y proclamar la República de manera unilateral. Acto de sedición que lleva a su destitución y, más adelante, inhabilitación. Junqueras, como Presidente en funciones, declara acabada la legislatura y se convocan nuevas elecciones autonómicas. Pero también Puigdemont puede convocar las elecciones y retirarse como ha anunciado.

En ambos casos Junqueras espera ser president con la ayuda del PSOE plurinacional y en Común-Podemos. Un nuevo tripartito en la Generalitat que inicia una negociación de una nueva posición de Cataluña dentro del Estado español que acaba en una Reforma Constitucional con un referéndum en toda España. Referéndum que se aprueba con una mayoría suficiente, pero no excepcional. Eso dará un respiro a los españoles para otros cuarenta años. Cifra que parece ser la de sus ciclos vitales. Suficiente para que las nuevas generaciones se olviden de los errores de las anteriores.

Las dos alternativas serian adecuadas según el Gobierno de Mariano Rajoy. Un presidente que después de esta peripecia tendrá opción para ser otra vez candidato. Pero la situación será tan distinta que nadie sabe lo que puede pasar. No sería la primera vez que el líder de una situación no la rentabilice.

Otra posibilidad es que Puigdemont en un golpe de mano declare la independencia con la obediencia de los Mossos d'Esquadra. Estos detienen al Delegado del Gobierno y declaran fuerzas de ocupación a todos los miembros de seguridad y ejército que no se pongan a sus órdenes ¿Que hacer entonces?

Los independentistas salen a la calle ¿Y el resto de los catalanes, la mayoría silenciosa? Esperan el resultado del choque de trenes. Las fuerzas de orden público del Estado tardan en restablecer el clima y vuelve la calma. Pero no sería la primera vez.

Cinco veces antes ya unos pocos catalanes se empeñaron en que prevaleciera su propio interés, sobre el de la mayoría y acabo todo igual, con la intervención del Estado pacificador: a) la aventura de los Remesans en la Edad Media, finalizada por el Rey de Aragón; b) la vuelta a España después de la guerra con Francia en época de Felipe IV; c) la lucha en la guerra de sucesión por poner al Archiduque austriaco como Rey de España contra Felipe V; d) el intento de cantón en la Barcelona de la Primera República que sofocó su Presidente y Ministro de Gobernación, por cierto ambos catalanes; e) la proclamación del Estat Catalá en la Segunda República cuyo final es conocido.

Esta es la sexta vez. También el Estado tiene que resolver el problema y es que, como dice el refrán, los pueblos que olvidan su historia están obligados a repetirla. 

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