El oficial explicó que el nuevo múltiple crimen tuvo lugar en la comunidad de El Encino, departamento de Copán, zona fronteriza on Guatemala, unos 400 km al noroeste de la capital.
Según versiones de la prensa local, la víctimas estaban conversando cuando llegaron desconocidos a dispararles.
"La seguridad se ha derrumbado", afirmó en la homilía de la misa dominical en la catedral metropolitana, centro, el sacerdote Juan Carlos Martínez. "Hay que hacer algo, todas las iglesias, todos debemos sumarnos a esta lucha" imploró.
Esta semana, cuatro masacres y el ataque a un policía y dos hijos, en acciones separadas, perpetradas desde el martes dejaron 30 muertos en todo el país.
El sábado un hombre y sus cinco hijos fueron asesinados a tiros en el municipio de Nueva Frontera, departamento de Santa Bárbara, fronterizo con Guatemala, y otra persona más murió horas después en el hospital al resultar herida durante el mismo ataque.
También el sábado un policía fue asesinado a tiros por desconocidos cuando se transportaba en su vehículo en las afueras de la capital hacia la ciudad de Choluteca, sur, luego que le avisaran que horas antes le habían matado a dos hijos en la misma zona.
El miércoles en Los Laureles, suroeste de la capital, presuntos pandilleros asesinaron a otras siete personas supuestamente por conflictos en la venta de drogas.
El martes, ocho transportistas habían sido masacrados por desconocidos que irrumpieron en la terminal de buses de la ciudad de Choloma, 250 km al norte de la capital. Honduras está catalogado como el país con la tasa de homicidios más alta del mundo, 68 por cada 100.000 habitantes, de acuerdo al Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional.
Según organismos de derechos humanos, el 94% de las muertes queda en la impunidad.
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