Clinton apuesta por una demostración de fuerza en primarias de Carolina del Sur

  • Una demostración de fuerza, eso es lo que busca lograr Hillary Clinton este sábado en las primarias presidenciales demócratas de Carolina del Sur, el cuarto estado en votar, en la que se enfrenta a Bernie Sanders en un preludio del "súper martes".

Por un día, los demócratas volverán a ser el centro de la actualidad política de Estados Unidos, mientras que la guerra entre los candidatos republicanos, especialmente entre el magnate Donald Trump y el senador de Florida Marco Rubio se agravar.

"No se a quién terminarán por investir, pero lo que es cierto, es que será entretenido", ironizó Hillary Clinton el viernes en un mitin en Orangeburg.

La exsenadora demócrata es la favorita en la votación de este estado de la costa atlántica, una lugar histórico del sur, donde más de la mitad de los votantes demócratas son negros y hasta julio pasado la bandera Confederada ondeaba en su capital, Columbia.

Los electores comenzaron a votar a las 07H00 locales (12H00 GMT), con una afluencia moderada a inicios de la mañana. Los centros de votación cerrarán a las 00h00 GMT y las cadenas de televisión podrán declarar un ganador al cierre si hay una clara ventaja.

"Sería un gran regalo de despedida el lograr un éxito aquí mañana", dijo Clinton ante centenas de simpatizantes, la mayoría de la comunidad negra, que llegaron a Orangeburg a verla.

La acogida de Bernie Sander ante la misma audiencia en Carolina del Sur, fue sumamente reservada, un símbolo de la brecha de la popularidad que hay entre los dos candidatos en la comunidad negra. El senador llegó de forma inesperada al mismo evento que Clinton, pisándole los talones a su rival.

"En 1963 estaba con el Dr. King para la marcha en Washington", lanzó Sanders, en una referencia a Martin Luther King que le valió pocos aplausos.

Más tarde en Columbia, el senador de Vermont pronunció su discurso final en una sala de espectáculos medio vacía, en un claro contraste con Iowa donde cerca de 5.000 simpatizantes lo habían acompañado para un concierto y mitin memorable.

Y aunque él ha sido respaldado por figuras como el rapero negro Killer Mike, Clinton tiene el apoyo de varios funcionarios electos y personalidades de la comunidad afroestadounidense. Además se ha presentado en este estado junto a su esposo Bill Clinton, cuya popularidad aquí compite con la del presidente Barack Obama.

Dos mandatarios que ella conoce bastante bien, suele jactarse la candidata, y pertenecientes a una tradición a la que ella se inscribe. "Yo no soy candidata para hacer su tercer mandato, pero pienso que hicieron un buen trabajo por Estados Unidos, sería tonto no inspirarse" en ellos, dijo Hillary Clinton.

Bernie Sanders ya tiene la cabeza en los estados del centro-oeste y norte del país que votarán en marzo. El senador pasará este sábado en Texas y Minesota, mientras Clinton regresará por la noche a Columbia.

Sólo el 3% de los delegados para la convención de investidura demócrata de julio en Filadelfia, de cara a las presidenciales de noviembre, serán adjudicados la noche del sábado.

Pero 11 estados votarán el martes, con el 18% de los delegados en juego. Sanders domina en Massachusetts y Vermont, pero varios estados del sur también votarán con una composición demográfica similar a la de Carolina del Sur, como Alabama, Georgia y Arkansas, donde Bill Clinton fue gobernador hasta 1992.

El senador de Vermont hasta ahora se ha ganado el voto de los jóvenes demócratas, pero además de New Hampshire, donde derrotó a Clinton, eso no será suficiente para contraatacar entre los electores de mayor edad.

Los partidarios afroestadounidenses de Clinton dicen que jamás han considerado la opción "Bernie" e invariablemente responden que la respaldan por ser "competente" y "tener experiencia".

"Si ella es electa, estará lista para trabajar desde el primer día", dice Sylvia Robinson, una retirada de 64 años.

De tener éxito este sábado, Clinton sumaría su tercera victoria desde el 1 de febrero y ayudaría a aplacar las críticas a una campaña lenta, en la que Clinton ha conocido altos y bajos.

El verano estuvo dominado por la polémica sobre su uso exclusivo de un correo electrónico privado durante sus cuatro años como secretaria de Estado. Ella presentó sus disculpas, pero el FBI abrió una investigación.

Unos meses más tarde, se fortaleció en una audiencia parlamentaria tensa y en enero la ola Sanders la hizo tambalear en alguno sondeos.

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