Colau se aleja de Carmena y le hace un favor a Rivera y Ciudadanos

    • Los insultos y los acosos no son la mejor estrategia para consolidar un proyecto nacional.
    • Con amigos como Ada Colau, no extraña que Manuela Carmena no quiera participar en la campaña de Podemos.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, durante un acto de campaña con Podemos.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, durante un acto de campaña con Podemos.

Hay quien olvida que después del 20 de diciembre llega el 21. La vida seguirá, gane quien gane las elecciones. La fuerza vencedora, presumiblemente el PP, afrontará la complicada tarea de conformar una mayoría parlamentaria. ¿Cuál será la misión más importante de Podemos y Ciudadanos? ¿Pactar un gobierno? No. No hay que confundir lo urgente con lo importante.

Podemos y Ciudadanos no están consolidados como partidos nacionales. La inminencia de la cita electoral se lo ha impedido. Habrá que aplaudir a sus respectivos líderes, Iglesias y Rivera, si al final de la legislatura consiguen mantener unidos a todos los diputados de sus respectivos grupos parlamentarios. Los parlamentarios bisoños serán objeto de tentaciones y ofertas muy jugosas, cuando llegue el momento en que cinco o seis escaños resulten decisivos para aprobar una ley, rechazar otra o tumbar un gobierno.

Cualquier salida de tono de cualquier franquicia en cualquier parte de España de estas nuevas formaciones políticas se convertirá en munición de los partidos tradicionales contra los emergentes.Munición para el adversario

Es lo que acaba de ocurrir con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Han suministrado munición al adversario en plena batalla.

La primera mostró su rostro más radical calificando de "criminales" a PP y PSOE y comparando a Albert Rivera con el fundador de la Falange. Algunos integrantes de la segunda han acosado la sede de Ciudadanos en Barcelona Hospitalet de Llobregat al grito de 'nazis'. Han ensuciado las paredes con pintadas y huevos.

Colau no debería dejarse embriagar por su incuestionable éxito electoral, si pretende hacerlo extensivo al resto del Estado, como ella llama a España. En una democracia, el poder es coyuntural y muchas veces inestable.

En estos momentos hay un cantidad indeterminada de indecisos que pueden inclinar la balanza de España hacia la izquierda o derecha. El acoso a Ciudadanos causa rechazo en esa parte del electorado que duda entre apoyar a Podemos o al PSOE, o entre PP y Ciudadanos.

Da la impresión de que la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, está leyendo los tiempos políticos con mucho más acierto que su colega de Barcelona. No me extraña que Carmena no quiera hacer campaña con Podemos. Con amigos como Colau, no necesita enemigos.

Sigue @martinalgarra

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