¿Estafa vil o marketing? La Sección Sexta de laAudiencia Provincial de Madridapuesta por la segunda opción, después de que laempresa de venta telefónicaGalería Códicevendiera "colecciones de libros, cuberterías, vitrocerámicas, una sauna, una bañera hidromasaje, una columna de masaje vertical", entre otros productos, por valor de más de 85.000 euros a una anciana de 87 años que no veía bien y que sufría un deterioro cognitivo, informa El Confidencial.
Sorprendentemente el tribunal no aprecia delito y se limita a hablar de una"una política comercial agresiva y poco ética". Asegura que los vendedores, segúnla sentencia dictada el pasado 16 de abril, "únicamente colocaban sus productos, sin preocuparse de las necesidades y condiciones de las personas"."No se les preparaba de acuerdo a principios éticos", añade la resolución.
Resulta más pintoresco que tres magistrados que componen la Sección Sexta hayan reconocido su sorpresa porque fueran capaces de vender a su víctima artículos tan innecesarios para ella comocolecciones infantiles de libros, consolas de videojuegos, minibikes, dos sillones de relax y tres placas de cocina". Los jueces tampoco tienen duda de que "la señora presentaba un déficit cognitivo" en la época de los hechos.
Sin embargo, la sentencia exculpaa los acusados al afirmar que la actuación de los vendedores "no responde más que a la política de ventas". Los vendedores no pretendían engañar, concluye el fallo emitidopor los magistradosPaloma Pereda,José Manuel Fernández-PrietoyFrancisco Jesús Serranoapenas ocho días después de que se celebrara el juicio.Ventas insólitas
Los vendedores de Códicecolocaron a la anciana una larga lista de libros(Pueblos y paraísos,Museos del mundo,Patrimonio artístico,Historia de España,Biblioteca infantiloHistoria del arte) y de todo tipo de objetos (una cocina al vapor, un set de desayuno, un ordenador portátil, un aspirador, relojes, una central de planchado, dos cristalerías, dos cuberterías ouna vajilla) entre mayo de 2010 y enero de 2011.
La anciana vive hoy en una residencia completamente ajena al proceso judicial, donde no compareció por estar mentalmente impedida.
La familia de la anciana se percató de la cantidad de ventas que se estaban produciendodespués de que el banco avisara de un último pago que pretendía hacer la empresa de televenta de 75.000 euros y que no podía ser cubierto porque a la anciana ya apenas le quedaba dinero en lacuenta corriente.
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