Colom y Pérez subrayan que queda mucho por hacer 15 años después de la paz

  • El presidente guatemalteco, Álvaro Colom, afirmó que las causas de la sangrienta guerra de 36 años que sufrió el país siguen todavía vigentes, mientras el mandatario electo, Otto Pérez Molina, se comprometió a relanzar lo que aún está pendiente de los acuerdos de paz firmados hoy hace 15 años.

Carlos Arrazola

Guatemala, 29 dic.- El presidente guatemalteco, Álvaro Colom, afirmó que las causas de la sangrienta guerra de 36 años que sufrió el país siguen todavía vigentes, mientras el mandatario electo, Otto Pérez Molina, se comprometió a relanzar lo que aún está pendiente de los acuerdos de paz firmados hoy hace 15 años.

"Las causas del conflicto armado siguen vigentes. No se ha avanzado lo suficiente para vivir en paz", dijo Colom en un acto especial celebrado en el Palacio Nacional de la Cultura con ocasión del XV aniversario de la firma de los acuerdos de paz.

Aunque no participó en esa ceremonia, el general retirado Pérez Molina, que asumirá como presidente de Guatemala el 14 de enero, habló también de los acuerdos suscritos el 29 de diciembre de 1996 por el Gobierno y la antigua guerrilla izquierdista UNRG tras más de cinco años de negociaciones en las que medió la ONU.

Los acuerdos pusieron fin a una larga y cruenta guerra que dejó más de 200.000 muertos.

"Vamos a reenfocar los compromisos que quince años después no se han cumplido", dijo hoy Pérez Molina, quien precisamente como representante del Ejército fue uno de los firmantes de la paz.

El presidente electo, de 60 años, reconoció que su ofrecimiento "es una tarea difícil y compleja", pues -dijo- "hay muchos compromisos que no se han cumplido".

"Los acuerdos que más posibilidad tenían siguen pendientes. Los acuerdos sobre Derechos de los Pueblos Indígenas, Fortalecimiento del Poder Civil y aspectos socioeconómicos son asuntos que siguen atrasados luego de 15 años", señaló.

A los asuntos pendientes de cumplimiento, aseguró, "esperamos darles un relanzamiento, con énfasis en los acuerdos y compromisos de fondo que no se han cumplido".

Por su parte, el mandatario saliente, de orientación socialdemócrata, destacó durante la ceremonia conmemorativa de los acuerdos que en los quince años transcurridos en Guatemala se han registrado "avances substantivos" en materia de salud y educación.

Sin embargo, señaló, "falta mucho por hacer", principalmente en materia económica y social, debido a que más de la mitad de los 14 millones de guatemaltecos sigue viviendo en condiciones de pobreza, y los indígenas, que representan el 42% de la población, siguen marginados y excluidos.

Para que haya paz real y verdadera, subrayó Colom, es necesario "que los pobres tengan rostro" y que el Estado cumpla con los compromisos asumidos en los acuerdos de paz.

Eddy Armas, titular de la gubernamental Secretaría de la Paz, dijo durante el acto que los acuerdos de paz "son la única agenda de desarrollo" para este país centroamericano, el cual padeció la guerra más intensa y larga de las vividas en la región durante el siglo pasado en el marco de la Guerra Fría.

Los acuerdos de paz, además de silenciar los fusiles, tenían como objetivo modernizar el Estado guatemalteco, fortalecer su sistema democrático y combatir las causas estructurales, políticas y económicas que motivaron el alzamiento de las organizaciones guerrilleras.

Aunque la paz puso fin a la violencia política en Guatemala, de inmediato se instaló en el país la violencia criminal generada sobre todo por los carteles internacionales del narcotráfico, que se han instalado en territorio guatemalteco y a los que las autoridades les atribuyen el incremento de los hechos de violencia.

El narcotráfico, las pandillas juveniles y los grupos del crimen organizado, según el Gobierno, son los responsables de al menos el 60% de los cerca de 17 asesinatos que se registran a diario en el país, y que le han robado la paz y tranquilidad a los guatemaltecos.

Enfrentar a estos grupos con "mano dura" fue la principal promesa de campaña de Pérez Molina, quien ha designado como responsables de la seguridad ciudadana a antiguos militares que tuvieron destacada participación durante la guerra.

Para conmemorar la efemérides, desde primeras horas de este jueves sacerdotes y guías espirituales indígenas celebraron una ceremonia maya en el centro sagrado Kaminal Juyú, en el oeste de la capital, y luego líderes religiosos participaron en una ceremonia ecuménica en la Catedral Metropolitana. EFE

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