Tras mes y medio de experiencia

Las consecuencias de volver a medias a clase: "Los niños sufren rabia y estrés"

Los alumnos, padres, profesores y psicólogos advierten que el nuevo modelo está teniendo su efecto negativo sobre los más pequeños y que las decisiones adoptadas desde el inicio escolar no han cuajado.

En el primer día de colegio del curso escolar 2020-2021, niños entran al Colegio Público Víctor Pradera en Pamplona.
En el primer día de colegio del curso escolar 2020-2021, niños entran al Colegio Público Víctor Pradera en Pamplona.
Europa Press

Los alumnos de una de las aulas de 5º de Primaria (10 años) del colegio público Cardenal Ilundáin de Pamplona (Navarra) prácticamente no han comenzado el curso 2020-2021. A los cinco días de iniciarse, un positivo por Covid-19 entre 25 alumnos obligó a confinar durante diez días a toda la clase. El pasado 9 de octubre, otro positivo en el mismo grupo volvió a mandar para sus casas a los 25 menores. "Los niños no entienden nada", dice Estíbaliz, una de las madres con niños en esta clase. "Están en proceso de aceptación y expresando un poco su tristeza, su impotencia, la rabia y el no entender" esta situación, cuenta esta madre.

Por ello, porque el confinamiento de toda la clase supone una grave alteración para el desarrollo psíquico y curricular de los niños, los padres y madres de este colegio han solicitado que en estos casos solo permanezca en confinamiento el estudiante contagiado y no todo el aula, tal como ocurre, según los protocolos, en la Educación Secundaria. Incluso los niños, frustrados, cuelgan audios en el grupo de Whatsapp de las madres y padres de la clase. En uno de estos audios, una niña asegura que se siente "súpertriste", porque, "en vez de estar en el cole haciendo actividades muy interesantes, haciendo proyectos en grupo, leyendo lecturas en clase, estar con nuestras profesoras, tengo que estar en casa encerrada enfrente del ordenador y haciendo las tareas que me manda la profesora. Eso yo lo considero muy malo y no estoy nada de acuerdo", dice esta niña de 10 años.

En otro de los audios, un compañero de esta niña explica que están "hartos de quedarnos en casa otra vez confinados otros diez días. Queremos estudiar, estar con nuestros amigos y familiares. Por favor, cuidémonos unos a otros, que no queremos estar más confinados ni encerrados". 

Y es que, implora la madre de uno de estos niños ‘reconfinados’, Estíbaliz Ruiz, "si realmente es importante que los niños que dan negativo se queden en casa los diez días que establece el protocolo, que se les dé un apoyo emocional para su salud mental, que es tan importante como su salud física".

La psicóloga asturiana Ana Cabeza Leiva, responsable del equipo especializado de trastornos graves de conducta del ámbito educativo de Almería, acaba de escribir un cuento, ‘Belinda’, para niños de entre 3 y 7 años, como método para aprender a canalizar la rabia, la frustración o la ira. Un libro como herramienta para una asignatura que ella considera básica y que ahora mismo no existe en la formación académica: la educación emocional

Respecto a la situación actual que viven los niños en la pandemia y sus idas y venidas de la escuela, esta psicóloga asegura: "Yo quiero confiar en que va a ir a mejor y nos vamos a acostumbrar a vivir con la pandemia". Aunque en este nuevo curso escolar los niños no puedan relacionarse tanto y pese a que tengan que acostumbrarse a confinamientos parciales y medidas de seguridad, la nueva normalidad no tiene por qué suponer un trauma para ellos. "Su sociabilidad no se ve muy afectada; es de otra manera, porque viven en sus burbujas", cuenta. 

Dentro de las aulas, cambian las normas, y entre ellos, sobre todo los de Infantil, es muy complicado que mantengan la distancia de seguridad: "Ellos ponen sus reglas. Tienen la necesidad de jugar, relacionarse y aprender por medio de la socialización". Y lo más importante: hacerlo con seguridad.

Sin embargo, la jefa de la unidad hospitalaria de Psicología Pediátrica del Hospital Virgen la Arrixaca de Murcia, Concepción López Soler, considera que durante el confinamiento la socialización de los niños "ha sido a través de las redes, lo cual no es muy positivo, es muy desinhibida. El uso de los aparatos tecnológicos ha aumentado y, por consecuencia, también el acoso y el abuso a través de ellos. La relación entre iguales es muy necesaria para el desarrollo psicológico al igual que tener unos hábitos. Por ello la vuelta al coles es vital, no ya solo por el hecho del aprendizaje en sí, sino por el hábito de trabajo y la socialización".

Eso sí, "los cuidadores de los menores no siempre van a poder disponer del tiempo para estar con ellos, no importa si están teletrabajando o no; con suerte solo tendrían que guardar una semana de aislamiento si no presentan síntomas, pero si los mandan a casa tres o cuatro veces, la conciliación familiar no va a ser posible, además de que volverían a sufrir esa falta de rutina y el curso sería muy inestable".

Qué duda cabe de que la ’vuelta al cole’ no está siendo nada fácil. Mascarilla, distancia de seguridad, grupos burbuja, higiene constante de manos.... Protocolos que buscan prevenir un posible contagio y cierres de aulas. Alumnos y profesores se enfrentan a uno de los cursos más difíciles por la incidencia del coronavirus y en el que además deben de afrontar desafíos como la gestión psicológica y la puesta en marcha de estrategias pedagógicas eficaces. Pero quizás el principal problema que se está dando estos días en las aulas, y en ello coinciden psicólogos, docentes e incluso los alumnos es que "a profesores y alumnos les toca gestionar la incertidumbre"

María Riquelme es educadora infantil y directora de la web viviendopeques.com y considera que "los niños han estado olvidados en esta pandemia, parecen ser los portadores del virus o los que tengan la culpa de todo, y no es justo que se hayan creado medidas para cualquier tipo de situación de adultos y que a ellos se les hayan cerrado parques, se les haya privado de muchas actividades que antes hacían, y se les hayan dado unas medidas para la vuelta al cole que se han creado deprisa, corriendo y a medias. Está completamente demostrado, que las experiencias y los aprendizajes que los niños se lleven en sus primeros años de vida van a marcarlos para siempre y no podemos permitirnos que muchos de ellos pasen uno de esos años rodeados de miedo, porque las consecuencias psicológicas que esto podría traer pueden ser enormes".

Niños 'especiales'

Y hablando de consecuencias psicológicas, ¿cómo están viviendo la situación los niños considerados superdotados o con talentos ‘especiales’? Alicia Rodríguez, presidenta de AEST (Asociación Española de Superdotados y con talento para niños, adolescentes y adultos) explica a La Información que "los niños que han estado confinados, generalmente todos, han estado contentos estudiando online desde sus casas para terminar el curso pasado y la verdad es que prefieren el modo on line, pero todos sabemos que es imprescindible la relación con el colegio y lo llegan a asumir, pero siempre cuestionan, en este caso, el no ir todos los días, sino solo dos por semana. Luego nos encontramos con los alumnos que tenían adaptación curricular o comenzaban este curso y en este caso excepcional por el virus se niegan a poner medidas igualmente excepcionales. Tenemos el sistema ‘burbuja’ y no les quieren permitir estar en dos cursos a la vez con un par de asignaturas troncales, que es en lo que consiste la adaptación curricular vertical. Ni ellos ni nadie podemos comprender si hay medidas excepcionales, como no se permite excepcionalmente, que esta adaptación sea de todo el curso superior. En este sentido, los inspectores del Centro Educativo deben dar el consentimiento, pues no es lógico que un alumno sea quien se quede sin respuesta educativa acorde a sus necesidades, suponiendo para él desmotivación, frustración etc..." 

Y continúa: "Además, nos estamos encontrando con directores de centros y equipos de orientación, que ni quieren hacer la propuesta a inspección. Igualmente, hay otros alumnos a los que se les iba a valorar potenciales el curso pasado, está claro que se canceló por el confinamiento, pero este curso, aun ni han comenzado alegando que tienen mucho retraso y ponen impedimentos para convalidar los informes privados…" 

¿Y si hay nuevos confinamientos y deben de volver otra vez a casa? "A este tipo de alumnos les gusta, más bien lo necesitan, tener una organización o planificación y el cambio repentino dependiendo de cada situación les descoloca. Lo están pasando mal con la situación y me consta que hay padres que buscan como estudiar a distancia y confinarles de nuevo porque eso les es un alivio".

En cuanto a los niños algo mayores, en el Instituto de Enseñanza Secundaria Txindoki de Beasain (Gipuzkoa), el Gobierno vasco realiza estos días un cribado masivo entre los alumnos con 700 PCRs tras dar positivo 24 alumnos de 3º y 4º de la ESO (14 y 15 años). "Mi hijo está deseando que les confinen. Hacer las tareas del cole por la mañana y por la tarde estar tranquilamente en casa, que aquí las cosas están muy mal y, como todos nosotros, el chaval también tiene miedo de salir a la calle", señala una madre en una localidad  de 14.000 habitantes con una tasa de incidencia por 100.000 habitantes de 587,01 y que podría ser confinada junto a toda la comarca del Goiherri en cualquier momento. 

Sin embargo, María José, profesora de este centro, sentencia: "Sería dramático que de esta crisis sanitaria en los niños y jóvenes se generalizara la sensación de que es peligroso y está mal relacionarse con otros niños y jóvenes como ellos porque además del aprendizaje la escuela también tiene un fin socializador y de convivencia entre iguales".

Lo cierto es que el inicio de curso para los 8 millones de alumnos y los 700.000 profesores de enseñanzas regladas no universitarias en España (la Universidad, como se está comprobando, es otra historia), con sus problemas, no parece estar siendo tan caótico ni el tsunami que se auguraba allá por el mes de agosto. Pese a la dificultad de obtener datos globales -la educación está transferida a las autonomías y en ellas hay cifras dispares- la ministra de Educación, Isabel Celaá, cifraba hace tres semanas en menos de 3.000 de los 380.000 que existen en España, los grupos escolares afectados por el coronavirus, lo que representa el 0,73% del total, aunque es posible que esta cifra haya aumentado en los últimos días, ya que estamos viviendo el que podría considerarse el pico de contagios de la segunda ola de la pandemia.

Pero problemas sigue habiendo y uno de ellos, sin duda, es el de la semipresencialidad decretada en algunas CCAA para los cursos del segundo ciclo de la ESO y Bachillerato. "Mi hijo va al Instituto tres días una semana y dos la siguiente, el resto de los días hace deberes en casa porque no tiene clases online, pero cuando no tiene que ir a clase se levanta tarde porque, como me dice, no tiene nada que hacer... La verdad es que la situación preocupa y está claro que ello redunda en la menor preparación de los chavales", cuenta Sebastián, padre de un alumno de bachillerato del Instituto Beatriz Galindo de Madrid

María da clases en 1º y 4º de la ESO en otro Instituto del madrileño barrio de Moratalaz. Allí, sus alumnos del último curso de la ESO, a los que imparte Matemáticas, se turnan ttres horas cada grupo al día para ir a clase. El resto, en casa en modo online. "Así se ha organizado por la dirección del centro y pese a que nos insisten en la necesidad de impartir toda la materia curricular es normal que toda esa materia no se pueda impartir como en un curso normal. El aprendizaje se resiente y yo no puedo exigir lo mismo a un alumno en estas circunstancias que en otras normales".

Esta semana, el martes 13 de octubre, los padres de los alumnos de una de las clases de Segundo de Bachillerato de un colegio concertado del barrio madrileño de La Guindalera recibían el siguiente correo electrónico del director de Bachillerato del centro: "Lamento comunicaros que hoy hemos recibido la noticia de un caso de coronavirus en la clase de (...). Esto era algo que se podía esperar que sucediera en algún momento de este curso y es algo que ya ha sucedido en otras clases, sin que se haya extendido a ningún otro alumno más que el positivo inicial. Como sé que la noticia ya circula entre muchas de las familias, quería deciros que, a lo largo de la tarde, me estoy poniendo en contacto con las familias de aquellos que se considera que han tenido contacto estrecho (de hecho, ya he hablado con algunos de vosotros). Si no recibís noticias mías a lo largo de la tarde, significa que no se considera que vuestro hijo/a sea contacto estrecho y que puede acudir mañana al colegio con normalidad. Evidentemente, sí que me gustaría destacar que estos días debemos extremar las precauciones más que nunca y no acudir al centro si se presenta el más mínimo síntoma. Gracias por vuestra colaboración". 

N.E.M. (17 años) está en esa clase y su mesa se encuentra apenas a 4 metros de su compañero/a contagiada, aunque no se le considera ‘contacto estrecho’ y por lo tanto ni se le han hecho pruebas PCR ni está confinado/a. "Faltan ahora mismo 6 compañeros porque están confinados y la verdad, un poco de miedo sí que tengo, pero... la verdad es que entre esto y la semipresencialidad (cinco días de clase presencial cada dos semanas) no es la mejor manera de llevar adelante un curso tan importante para nosotros como este en el que tenemos la EBAU, en la que nos jugamos qué será de nuestro futuro. Es muy injusto que nosotros tengamos educación semipresencial y alumnos de 1º y 2º de la ESO o de Primaria, totalmente presencial. La educación y el aprendizaje se resienten y nosotros, los de segundo de bachillerato, no estamos para bromas este curso", sentencia.

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