Los trabajos de demolición de la parte sur del campamento proseguirán este martes bajo la estrecha vigilancia de un imponente dispositivo de seguridad.
Según la prefectura local, grupos de migrantes se apiñaron durante la noche "en varias ocasiones a lo largo de la carretera" de acceso al puerto de Calais, aunque "sin violencia".
El lunes por la noche, unos 150 migrantes, algunos armados con barras de hierro, estuvieron durante una hora en esta carretera que bordea "la jungla". Desde allí lanzaron piedras o atacaron a los vehículos que se dirigían a Inglaterra, del otro lado del Canal de la Mancha.
Las fuerzas del orden replicaron disparando gases lacrimógenos, y luego echaron a los manifestantes de la carretera. Según indicaron las autoridades, dos policías resultaron heridos.
Desde hace años, miles de migrantes, en su mayoría procedentes de Siria, Afganistán y Sudán, transitan por Calais con la esperanza de alcanzar el Reino Unido.
El jueves pasado, el gobierno francés obtuvo la autorización de la justicia para evacuar la parte sur de la "jungla" de Calais, donde viven según la prefectura entre 800 y 1.000 migrantes, y 3.500 según las asociaciones.
Los migrantes desalojados deben ser reubicados en centros de acogida en la zona de Calais o en otras regiones de Francia.
La operación iniciada el lunes es la primera etapa hacia el desmantelamiento completo del campamento, donde viven entre 3.700 y 7.000 migrantes, según las estimaciones.
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