El amor de un padre no tiene límites. Si no que se lo digan a un hombre de Chicago, Eurípides Caguana, que contrató a un sicario para ejecutar dos posibles testigos en el juicio por asesinato de su hijo.
Su hijo Travis está acusado de asesinato por disparar a un hombre en 2011. Eurípides, de 61 años, quiso evitar a toda costa que su hijo acabara entre rejas y pagó 7.500 dólares para que los dos testigos fueran asesinados.
Lo barato le salió caro y, afortundamente, unos policías de incógnito, que vigilaban los movimientos del hombre, pudieron evitar el fatal desenlace. Tras seguir durante semanas al padre, se escondieron en una furgoneta donde pudieron ver cómo el hombre negociada con un conocido delincuente de la ciudad, que ya había sido detenido en varias ocasiones por 'negocios' poco legales.
Los agentes grabaron las conversaciones del hombre con el sicario. En ellas, además de intentar comprar un arma por 500 dólares, afirmaba rotundamente: "Quiero a los dos muertos".
Tras ser detenido en octubre de 2013, Eurípides Caguana ha sido sentenciado hoy a 17 años y medio de cárcel en una prisión federal. Su hijo, sin embargo, todavía no tiene fijada una fecha para su juicio.
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