Cuba despide un año convulso con la mira puesta en las reformas económicas de Raúl Castro

  • Primero fue la muerte de un disidente en huelga de hambre, luego la liberación y exilio de algunos presos políticos. No tardó en reaparecer Fidel Castro después de años retirado de la vida pública y el Gobierno cubano promete cambios económicos. Pero para los disidentes casi nada ha cambiado.

Las damas de Blanco protestan frente a una prisión en Cuba
Las damas de Blanco protestan frente a una prisión en Cuba

Orlando Zapata Tamayo era uno de los más de 50 presos del Grupo de los 75 opositores que fueron encarcelados en la primavera de 2003 sin juicio previo y que este año aún permanecían retenidos. Zapata reclamaba que el Gobierno cubano le tratara como un prisionero de conciencia en vez de uno común. No lo consiguió y falleció en febrero tras pasar 85 días en huelga de hambre en una prisión cubana.

Solo unos meses después, en junio, el Ejecutivo castrista concedió la liberación –acompañada del exilio en la mayoría de los casos- a los compañeros de Zapata Tamayo que aún permanecían en la cárcel. Los primeros que llegaron a España afirmaron en un comunicado que su libertad se la debían en primer lugar al "martirio" de Orlando Zapata.

Presos y represión continúan

En cualquier caso, la liberación de más de 40 presos políticos (más algunos que no pertencen al Grupo de los 75) este año es una noticia positiva. El Gobierno español ha conseguido que la Unión Europea le dé cierto margen para reemprender las relaciones diplomáticas con Cuba gracias a ello, aunque los presos llegados a España tras el acuerdo -como el médico José Luis García Paneque- no quieren que se levante la Posición Común.

En cualquier caso, aún quedan once de los que Raúl Castro prometió liberar en un plazo de cuatro meses, en la cárcel. Son los que se niegan a abandonar la isla. De los que no aceptan el exilio, solo ha sido liberado uno: el economista Arnaldo Ramos.

Mientras tanto, las detenciones de disidentes se siguen produciendo. "La represión del régimen contra la disidencia [sumó] un total de 310 detenciones arbitrarias [en octubre], la cifra más alta de este año", según la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional desde La Habana.

La vigilancia sobre los disidentes se muestra en el día a día. La madre de Orlando Zapata, Reina Luisa Tamayo, aseguró hace unos días a Radio Martí –una emisora de Miami para los cubanos- que la Policía cubana la estaba amenazando con prohibirle la salida prometida del país si insistía en ir cada domingo a visitar la tumba de su hijo.

Por otra parte, tanto el periodista y psicólogo disidente Guillermo Fariñas–el otro opositor al límite que a punto ha estado de correr la suerte de Zapata- como la bloguera Yoani Sánchez se han mostrado más que seguros de que sus conversaciones telefónicas son grabadas o escuchadas en unas entrevistas concedidas por teléfono recientemente a lainformacion.com.

La vuelta de Fidel

A mediados de este año también ha vuelto a la vida pública (eso sí, con cuentagotas) Fidel Castro. Llevaba cuatro años retirado, desde que le cedió el poder a su hermano Raúl tras caer gravemente enfermo.

A sus 85 años no ha vuelto a dar grandes discursos con horas de duración y sus apariciones se han limitado a visitas a centros oficiales de la isla y pequeñas intervenciones públicas. Pero haciendo acto de presencia tras la liberación de los presos políticos y antes de que el Gobierno cubano anunciara ciertos cambios económicos, el ex dirigente ha dejado claro que su voz sigue siendo importante en el Ejecutivo cubano.

Contrarrevolución económica

Si la crisis financiera está afectando especialmente a los países industrializados, Cuba padece su propia crisis económica. Así lo ha tenido que reconocer el propio Raúl Castro.

El dirigente ha convocado para la segunda quincena de abril de 2011 el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, que se centrará en temas económicos para "actualizar el modelo cubano". En palabras del propio Raúl, "o rectificamos o nos hundimos".

De momento, la rectificación anunciada es reducir el papel del Estado en la economía del país y dejar a medio millón de funcionarios en la calle a partir de enero. Al menos el Ejecutivo ha prometido que les permitirá ejercer como autónomos, aunque el escepticismo permanece al menos en parte de los habitantes de la isla.

El economista disidente Arnaldo Ramos recordaba poco después de su liberación que existen dificultades tan inmediatas como que "los agricultores no pueden sembrar lo que quieran en sus tierras ni hay mercado libre [desarrollado] donde vender los productos". Un análisis de la legislación y la economía actual cubana lo sustentan.

Los cubanos "desvinculados" o sin empleo formal en la isla han recibido en las últimas semanas más del 60 por ciento de las nuevas licencias entregadas para el trabajo privado, según publicaba esta semana el diario oficialista Granma.

El periódico asegura que "miles de cubanos" están tramitando sus documentos para trabajar por cuenta propia, aunque las autoridades cubanas reconocen problemas burocráticos. Entre las actividades elegidas por los solicitantes predominan la "elaboración y venta de alimentos", "comprador-vendedor de discos" (leer artículo en lainformacion.com sobre el nuevo top manta en Cuba) y "productor-vendedor de artículos varios de uso en el hogar".

Vayan o no a encontrar trabajo en el nuevo sector privado los cubanos, la medida económica que si ha traído ya algo de desahogo a los cubanos es la supresión de los impuestos sobre los dólares que les envían sus familiares o amigos exiliados. Desde el 26 de diciembre los cubanos de la isla ya no tendrán que pagar el 10 por ciento del dinero que reciban.

Algo bueno en principio, aunque se calcula que el Gobierno cubano perderá alrededor de 100 millones de dólares (76.2 millones de euros) por esta medida y no ha dicho cómo piensa compensarlo.

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