Cuidado con los jarrones chinos

  • Felipe González suele recurrir a la metáfora que identifica a los expresidentes con jarrones chinos que uno nunca sabe dónde poner, propiedad que su mayor adversario político y también exjefe de Gobierno, José María Aznar, ha convertido esta semana en ventaja gracias a una polémica entrevista.

Antonio del Rey

Madrid, 24 may.- Felipe González suele recurrir a la metáfora que identifica a los expresidentes con jarrones chinos que uno nunca sabe dónde poner, propiedad que su mayor adversario político y también exjefe de Gobierno, José María Aznar, ha convertido esta semana en ventaja gracias a una polémica entrevista.

Lo que Aznar ha hecho es extender su alargada sombra sobre la política nacional, emplazando a los actuales dirigentes del PP, incluido el presidente Mariano Rajoy, a pronunciarse no sólo sobre su posible retorno, sino también sobre sus críticas a una de las líneas de flotación de su gestión económica, la política impositiva.

De esta manera, el penúltimo jarrón chino de la democracia se ha puesto de sopetón en boca de todos, de los diputados, sean del partido que fueren, de ministros, "barones" del PP y, sobre todo, de los ciudadanos, a los que Aznar se reaparece abogando por una bajada inmediata de impuestos en medio de la marea asfixiante de la crisis.

La agitación causada en su propio partido se notaba especialmente el miércoles en los pasillos del Congreso, cuyo presidente, Jesús Posada, trató de calmar las aguas con una sentencia de cariz filosófico: "El tiempo es inexorable y hay cosas que se van para no volver".

Y aunque este era el sentir de muchos dirigentes del PP, que en público se apresuraron a cerrar filas en torno a Rajoy y a su política económica, lo cierto es que sus opiniones hicieron mella en las filas del partido, donde más de uno pidió que no se echaran en saco roto, a modo de advertencia ante un futuro no tan alejado.

El propio Rajoy, desde Bruselas, no quiso hablar de Aznar, pero sí defendió la "buena dirección" de su Gobierno; luego, desde Cali, admitió que "algunas decisiones no son agradables, pero sientan las bases para el crecimiento muy sólido que permita exportar y crecer".

Lo cierto es que, dando la razón a Posada, en la política española no ha habido apenas retornos a la palestra, siendo uno de ellos precisamente su antecesor en el cargo, el socialista José Bono.

Tras dos años en "barbecho" después de haber sido 21 años presidente de Castilla-La Mancha y luego ministro de Defensa, en 2008 retornó por la puerta grande para asumir la Presidencia del Congreso.

Por cierto, que Aznar eligió para su materialización política la misma semana en que otro jarrón chino, en este caso "made in USA", Bill Clinton, pasaba por Madrid y arremetía contra los recortes, otra de las "patas" de la política económica de Mariano Rajoy.

Tal vez celoso del éxito alcanzado por su predecesor en la Moncloa, José Luis Rodríguez Zapatero, concedía hoy también una entrevista en la que sin embargo ha puesto distancia respecto a Aznar. A él, asegura, nunca se le escuchará criticar a Rajoy.

Eso, en el mismo día en el que un exjuez, que también fue expolítico, Baltasar Garzón, ha declarado: "Es el momento de participar en política porque estamos asistiendo a un panorama bochornoso por parte del Gobierno"; eso sí, él ya concurrió una vez a unas elecciones en las listas del PSOE y ahora no está dispuesto a ser candidato.

De manera que, visto lo visto esta semana, ya sólo queda esperar a lo que diga Felipe González. O Alfonso Guerra, que el lunes presenta un nuevo capítulo de sus memorias.

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