Se cumplen 41 años del primer referéndum británico sobre la UE

El 5 de junio de 1975, los británicos se pronunciaron sobre la Unión Europea, tal y como harán el día 23 de junio, en dos referéndums con muchas similitudes y una gran diferencia: laboristas y conservadores se cambiaron los papeles.

Un primer ministro trata de calmar al ala euroescéptica de su partido convocando un referéndum sobre la UE y recomienda a sus ciudadanos seguir en el bloque tras arrancar concesiones a sus socios europeos.

El resumen sirve para el próximo plebiscito del 23 de junio y el de hace 41 años, en que se impuso la permanencia en la entonces Comunidad Económica Europea con un 67,2% de votos a favor. Entonces, sin embargo, el primer ministro era el laborista Harold Wilson y ahora es el conservador David Cameron.

Los conservadores, liderados entonces por Margaret Thatcher, defendían la pertenencia al bloque europeo, y la Dama de Hierro hizo campaña con un jersey con todas las banderas europeas.

"El referéndum es un arma táctica para resolver una fractura en su propio partido, y las consecuencias nacionales, son en consecuencia, de importancia secundaria para el gobierno", reprochó Thatcher a sus adversarios laboristas, tal y como hoy hace el líder laborista Jeremy Corbyn.

Al contrario, los laboristas defienden hoy a la Unión Europea.

"A diferencia de hace cuatro décadas, la UE hoy reúne a la mayoría de países de Europa y ha desarrollado importantes salvaguardas para el empleo, el medio ambiente y los consumidores", dijo el líder laborista Jeremy Corbyn, que en el primer referéndum votó a favor de salir y ahora defiende la permanencia.

Los folletos de la campaña de 1975 y 2016 abordan prácticamente los mismos temas -soberanía nacional, economía, empleo...-, salvo uno que hoy es central, el de la inmigración europea, que ha alcanzado niveles récord a causa de la libre circulación de personas combinada con la ampliación a los países del Este y la crisis en los del sur, en España, Italia o Grecia.

La UE tenía entonces nueve miembros, en vez de 28. El euro no existía, ni el espacio Schengen, ni los tratados de Maastricht y Lisboa, y los 3,3 millones de europeos que hoy viven en el Reino Unido, y que tanto inquietan a los sectores reticentes a la inmigración, hubieran necesitado un permiso de trabajo para sobrevivir.

Tanto Wilson como Cameron recomendaron la permanencia y ambos se vieron enfrentados a parte del gabinete. Cameron, concretamente, tiene en contra a cuatro ministros y más de 100 diputados.

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