De Navidades y solsticios

Los "progres" son muy "retro". Ahora les da por desempolvar el pasado. Por ejemplo Ada Colau, la alcaldesa progre de Barcelona, ha decidido desempolvar el nombre de"solsticios de invierno" para la Navidad. No estoy en contra de la moda vintage. Pero hay que ser consciente de lo que se hace. Hablar del solsticio es retroceder siglos en materia de cultura.

En efecto, hay dudas sobre si Jesus de Nazaret nació en pleno invierno. Algunos historiadores dicen que el hecho de que los pastores estuvieran al aire libre es un dato que no cuadra con la temperatura de ese periodo del año. Aunque la realidad es que los fríos en Palestina no son muy fuertes. En todo caso lo que si parece es que la iglesia "bautizó" muchas fechas para cristianizar sus fiestas. Una de ellas podría ser la Navidad que sustituyó a la pagana del "solsticio de invierno". Es decir civilizó algo que se celebraba por los que vivían en los "pagos", el campo. Lo que ahora llamaríamos paletos y entonces: "paganos".

Ahora el mundo progre quiere retroceder veinte siglos por lo menos: volver al pasado. Es como si pidieran que en lugar de médicos pidieran que volvieran los brujos, los chamanes o las curanderas. Todas figuras respetables de la historia pero con un conocimiento muy limitado de su oficio. Tan absurdo como querer recuperar instituciones de la Edad Media, algo en lo que se basan los nacionalismos excluyentes. Y es que lo progre si se descuida, a fuer de quererse desmarcar de la realidad cercana, se abraza a lo absurdo.

Ya, después de las elecciones municipales últimas, un progre desnortado se empeñó en llamar "solsticio de primavera" (sic) a la Semana Santa. Lo que pasa es que fue en Sevilla y allí no llegó muy lejos. No parece fácil explicar a los devotos, o a los turistas, que vayan a esa ciudad a participar o ver procesiones del solsticio de primavera.

A mi me me da lo mismo que cada uno nombre las cosas como quiera. Pero si se trata de personas con cargos representativos deberían respetar más a las tradiciones reales de la población. Entre ellas las religiosas que no sólo son respetables por responder a creencias profundas, son el acerbo del pueblo, riqueza cultural que, además, muchas veces es una fuente de economía turística.

Por favor un poco de sensibilidad, cuando se ganan unas elecciones se hace con el apoyo de los partidarios. Cuando se gobierna en democracia es para todos. Es una de las paradojas del sistema democrático. Respetar y promocionar las tradiciones mayoritarias es ser demócrata y tener sentido común.