La policía berlinesa difundió unas imágenes tomadas por una cámara de vigilancia el 1 de octubre, en las que se ve al pequeño Mohamed caminando cogido de la mano de un hombre, de entre 35 y 50 años.
El niño, un bosnio refugiado en Alemania, llevaba un peluche en la otra mano.
Ambos abandonaban el centro de acogida de refugiados, Lageso, donde cada día se forman inmensas filas de espera de demandantes de asilo que intentan que se registre su llegada a Alemania.
La policía, que indicó haber confiado la investigación a un grupo especial, no descartó que se tratara de un secuestro.
Muchos diarios informaban de lo ocurrido, entre ellos el más leído, Bild, que afirmaba que el niño llegó a Alemania junto a su madre y sus hermanos de nueve años y cinco meses.
El día de su desaparición, la madre, que había huido de Bosnia-Herzegovina dos años antes, fue a cobrar las ayudas sociales a las que tienen derecho los refugiados, según el diario.
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