Desarticulado un clan que utilizaba a menores para robar en casas


Agentes de la Policía Nacional han desarticulado un clan de origen serbio responsable de más de 100 robos en viviendas y de estafas por el procedimiento del "Rip Deal", un timo similar al "tocomocho", que además utilizaba a menores para perpetrar los robos, según informa este sábado el Ministerio del Interior.

Los asaltos, cometidos por el procedimiento del "resbalón" (abrir puertas con radiografías), eran ejecutados por las mujeres del grupo y por menores, a los que amenazaban con "cortar el cuello" si no sustraían suficiente oro.
La investigación se centró inicialmente en un grupo de origen serbio detectado en la localidad alicantina de Denia, presuntamente dedicado a cometer robos en domicilios de la provincia. Tras las primeras pesquisas, se supo que también se dedicaban a estafar por el procedimiento del "Rip Deal" (especie de tocomocho), actividad realizada por los jefes del clan.
Las investigaciones realizadas pusieron al descubierto que el grupo gozaba de una gran movilidad geográfica y que, además de en Alicante, contaba con ramificaciones en Guipúzcoa, Castellón y Tarragona.
Los agentes averiguaron que el clan se dividía a su vez en cuatro grupos, cada uno de ellos con un ámbito de actuación delimitado. El primero, establecido en la localidad de Orihuela (Alicante), viajaba hasta las provincias andaluzas de Sevilla, Granada y Córdoba para perpetrar los robos.
El segundo y más activo, localizado en Hondarribia (Guipúzcoa), extendía sus actividades criminales principalmente en el sur de Francia y también, en menor medida, en Navarra y el País Vasco, mientras que el tercero, localizado en Castellón, variaba su ámbito delictivo constantemente cometiendo robos en Tarragona, Valencia, Murcia, Alicante y Albacete.
Por último, se determinó la existencia de un cuarto grupo establecido en Portugal y con un radio de actuación en dicho país.
Al tiempo que las mujeres y en algunos casos los menores materializaban los robos en viviendas por el método del "resbalón" -liberaban el pestillo de la cerradura con un trozo de plástico o una radiografía-, los cabezas de familia se dedicaban a perpetrar estafas por el método del "Rip Deal".
De hecho, los varones del clan viajaban constantemente por diferentes lugares de España para localizar víctimas, a las que ofrecían supuestos negocios o inversiones con beneficios millonarios. Para consumar los fraudes se presentaban como inversores extranjeros interesados en realizar un cambio de divisa a cambio de suculentas comisiones.
Los delincuentes aprovechaban el momento en el que se realizaba el cambio de moneda, siempre en lugares públicos muy concurridos, para entregar billetes falsos a cambio de la moneda de curso legal, apoderándose del efectivo incluso por la fuerza si surgía algún imprevisto o la víctima se percataba del engaño.
A mediados del pasado mes de marzo se produjeron las cuatro primeras detenciones en Hondarribia. Entre el material intervenido había 39.500 euros en efectivo y diferentes efectos que les relacionaban con varios robos con fuerza en viviendas. Los agentes encontraron evidencias de su participación en un fraude a un empresario almeriense a quien arrebataron 500.000 euros.
Ya en abril se detuvo en Daya Vieja (Alicante) a otros seis miembros de la organización y, tras los arrestos, se practicaron tres registros en los que se recuperaron joyas, material electrónico e informático y otros bienes procedentes de sus actividades delictivas cometidas en Andalucía.
Finalmente, en las localidades tarraconenses de Tortosa y Alcanar y en Vinaroz (Castellón) se practicaron siete nuevos registros y los agentes capturaron a 19 personas más de la organización. Entre los últimos arrestados se encontraba un joyero de origen italiano que presuntamente receptaba las joyas procedentes de los asaltos.
En la operación se han recuperado cuatro kilos de joyas, dos lingotes de oro que habían fundido, con un peso aproximado de 600 gramos cada uno, 70.000 euros en efectivo y moneda falsa para cometer las estafas, así como un móvil valorado en 7.000 euros y multitud de artículos de todo tipo -bolsos, perfumes, relojes y material electrónico.

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