Desconfianza en Líbano ante plan israelí para levantar un muro en la frontera

  • La desconfianza y el pesimismo reinan hoy entre los vecinos de Kafarkila, en el sur del Líbano, tras conocerse un hipotético plan de Israel para construir un muro de separación en la frontera entre ambos países.

Kathy Seleme

Kafarkila (Líbano), 7 ene.- La desconfianza y el pesimismo reinan hoy entre los vecinos de Kafarkila, en el sur del Líbano, tras conocerse un hipotético plan de Israel para construir un muro de separación en la frontera entre ambos países.

Un vecino de la localidad, Ibrahim Awada, uno de los pocos que accedió a dar su verdadero nombre, explicó a Efe que los habitantes del pueblo "no tienen confianza en los israelíes".

Para Awada, los israelíes "atraviesan la frontera con cualquier pretexto y crean incidentes, que continuarán mientras no haya una intención real de hacer la paz".

El pasado 3 de enero, el diario israelí "Yedioth Aharonoth" anunció que el Ejército planea construir un muro de una altura de cinco metros y una longitud de un kilómetro aproximadamente para separar el kibutz de Al Malata de la localidad de Kafarkila.

"Rechazamos esta posibilidad porque Israel lo construirá en la línea azul (marcada por la ONU para certificar la retirada israelí del sur del Líbano) que está en nuestro territorio", dijo a Efe el dueño de una verdulería que se identificó tan solo como un "ciudadano libanés patriota".

Las tropas israelíes pusieron fin en mayo de 2000 a la ocupación militar que mantuvieron durante 22 años sobre el sur del Líbano.

Por ello, este habitante de Kafarkila considera que "los israelíes tratan de impedir a la gente ver uno de los lugares por donde entraron y salieron de nuestro país, así como matar el turismo" que llega hasta este paso fronterizo, nombrado Puerta de Fátima.

Para este comerciante, los argumentos invocados por Israel para construir el muro y combatir el contrabando y a los francotiradores, "no tienen fundamento", ya que la zona está controlada por los cascos azules españoles de la Fuerza Interina de la ONU para el Líbano (FINUL) y el Ejército libanés.

En el Sector Este, bajo el mando español, se encuentran los cuatro puntos más conflictivos del sur.

Además de Kafarkila se hallan las controvertidas granjas de Chebaa; la aldea de Ghayar, cortada en dos por la línea azul y cuya parte libanesa Israel sigue ocupando, y la tumba del jeque Abbad en Meiss el Jabal, un clérigo chií del siglo XVI, sepulcro que Israel asegura que pertenece a uno de sus rabinos.

Los libaneses "no podremos hacer nada si ellos (los israelíes) tomaron la decisión de construir el muro, solo el Gobierno podrá actuar", dijo por su parte Abu Alí -nombre ficticio-, dueño de un restaurante en el pueblo.

Abu Alí teme por la afluencia de turistas, aunque, en un esfuerzo por ver la parte positiva, considera que podría actuar como un reclamo si sucede "algo similar a lo del Muro de Berlín".

Según medios de comunicación libaneses, las autoridades israelíes informaron sobre sus intenciones a los responsables libaneses y a la ONU, y la decisión final será tomada en coordinación con el Líbano.

El periódico israelí "Yedioth Aharonot" indicó que el muro proyectado por Israel podría estar equipado con sensores electrónicos y que los trabajos deberían comenzar en pocas semanas.

Actualmente, Israel construye ya una barrera de seguridad gigante en la frontera con el Sinaí egipcio para combatir la inmigración clandestina de África y la infiltración de "terroristas".

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