Díaz recula en el asalto a Madrid: no se fía de que la militancia la apoye

    • Sánchez ha ganado en las últimas semanas peso entre las bases, donde el pacto con Podemos no está tan mal visto.
    • El líder socialista podría ser el único candidato, en mayo, a la secretaría general.

Pedro Sánchez, con la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz.
Pedro Sánchez, con la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz.

Tras el huracán que recorrió Ferraz después del 20-D, los aires parecen amainados en la sede socialista. No llegan desde el sur, donde soplaron con fuerza cuando Sánchez se empeñó en ir hacia adelante con sus 90 escaños para forjar una alianza con Podemos. La presidenta andaluza, Susana Díaz, ha cerrado en los últimos días filas con el secretario genreal: "Lo mejor que le puede pasar a España es que Pedro Sánchez sea presidente", dijo este mismo martes.

Cada vez son más las voces socialistas que comparten que Sánchez ha salido reforzado desde que asumió el encargo de intentar la investidura. "Creo que está haciendo un ejercicio de responsabilidad", sostiene un militante, que, aclara, no apostó por él en las primarias para la secretaría general. La misma opinión corre por buena parte de la militancia, donde un acuerdo con Podemos recibiría, sostienen estas fuentes, un apoyo mayoritario.

Sánchez basa en ello su estrategia: cualquier acuerdo habrá de ser ratificado en una consulta a las bases. Y refrendado, pero eso después, por el Comité Federal. Pocos dudan de que la opción del pacto con Podemos saldría entonces adelante. Díaz se ha agarrado estos días fuerte en la sede de su gobierno regional. En el asalto a Madrid ve ahora más riesgos que certezas.

La maniobra de intentar el liderazgo del partido, en el congreso que el PSOE celebrará a finales de mayo- la votación de la militancia será el 5-podría no salirle rotunda. Y eso empañaría su gestión al frente de la Junta andaluza. Se sabe que a Díaz le disgustan las primarias a la militancia, en las que no tiene certezas de ganadora, y preferiría, en su lugar, ser elegida por aclamación de los barones. En ese caso, sí, su liderazgo está fuera de toda duda.

Las últimas declaraciones del expresidente Felipe González, mentor de la andaluza y uno de los dirigentes a los que acostumbra a pedir consejo, han venido a confirmar esa misma percepción. "Si yo fuera Susana Díaz no me presentaría a secretaria general del PSOE", dijo hace unos días en Canal Sur.

No aclaró González el por qué, ni tampoco si maneja ya alguna renuncia de la lideresa andaluza, a quien considera, dejó claro también entonces, que tiene "fortaleza y liderazgo para hacer lo que quiera".

Más allá, el histórico socialista, reconocido por sus airadas críticas contra Podemos, cerró filas con el secretario general. Consideró que el país está hoy mejor que hace un mes, porque se ha "desbloqueado" una situación "absolutamente irresponsable" y "propia de trileros", en referencia al presidente en funciones. Y también que los pasos de Sánchez, "abrir diálogo con Ciudadanos e intentarlo con Podemos" son "inteligentes".

Sánchez ha calculado bien la estrategia, ha medido los tiempos y, aunque sin acuerdos de ningún tipo, ha salido reforzado entre el inmovilismo de Rajoy y los últimos órdagos de Iglesias. Incluso, y aunque aún se intenta evitar, una nueva convocatoria elecciones tampoco asusta tanto. Se cree, eso sí, que el adelanto beneficiaría sobre todo a Ciudadanos, lo que podría complicar aún más los acuerdos.

Así, el líder socialista podría llegar incluso al congreso de mayo como único candidato, lo que reforzaría aún más su posición en el partido. Díaz, entre tanto, mantiene un principio de no injerencia en vista de cómo se desarrollen los posibles pactos de gobierno. Descarta cualquier entendimiento con el PP, aunque también reafirma que Podemos no le gusta en absoluto.

Pero incluso los barones más críticos mantienen silencio, lo que para Sánchez es ya un triunfo. También la militancia andaluza se ha inclinado en los últimos días por el líder socialista, y consideran "exagerada" la presión de algunos dirigentes por echarlo del partido tras los resultados del 20-D. "Se dio por descontado que no habría posibilidad de formar gobierno, pero sí la hubo, frente a un PP que está en una situación escandalosa", sostienen desde las bases.

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