Diez históricos del pp han abandonado la política por diferencias con rajoy


La dimisión de Alberto Ruiz-Gallardón como ministro de Justicia y su decisión de abandonar la política por discrepancias con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la reforma del aborto no es un hecho aislado en las filas del Partido Popular. El madrileño es el décimo dirigente histórico del PP que se marcha por diferencias con el líder del partido en la última década.
Gallardón ha sido el último en sentirse traicionado por Rajoy y ha llegado incluso a renunciar a la cartera en el Ejecutivo después de que en La Moncloa apartasen su proyecto estrella para esta legislatura, a pesar de ser una promesa electoral y un encargo personal del presidente gallego cuando en diciembre de 2011 tomó posesión como ministro de Justicia.
El exalcalde de Madrid y expresidente de la Comunidad se suma así a una larga lista de dirigentes del Partido Popular que en los últimos diez años han chocado con Rajoy en cuestiones ideológicas y que han acabado por dejar la política pese a su larga trayectoria en esta formación y gozar de un gran reconocimiento interno.
Gallardón emula ahora el paso que previamente dieron otros históricos del PP como Jaime Mayor Oreja, Rodrigo Rato, Ángel Acebes, Josep Piqué, María San Gil, Eduardo Zaplana, Ignacio Astarloa, Juan Costa y Alejo Vidal-Quadras.
Con el ya exministro de Justicia, suman una decena de dirigentes que ocuparon grandes puestos de responsabilidad en el partido y en el Gobierno en los tiempos de José María Aznar y que bajo el liderazgo de Rajoy se han sentido desplazados poco a poco hasta renunciar a la política y buscarse la vida en el sector privado.
Desde algunos sectores del PP advierten sotto voce de que a Rajoy no le tiembla el pulso a la hora de prescindir de compañeros de partido si suponen un estorbo en sus planes políticos, ni siquiera cuando -como Gallardón, San Gil o Piqué- son un referente y mantiene con ellos un vínculo personal.
El pensamiento de Rajoy viene a ser: "si se va uno, se pone otro". Así lo asegura al menos a Servimedia su equipo de confianza, desde donde se resta importancia a la marcha de Gallardón como antes se justificaron las de históricos como Acebes o Zaplana.
En el sector más crítico del PP cada vez se entiende menos que Rajoy prescinda de políticos de raza y experiencia, especialmente cuando al año que viene debe enfrentarse a una triple reválida electoral por las municipales y autonómicas de mayo y las generales previstas para otoño.
Asimismo, las fuentes consultadas por Servimedia critican que Rajoy se rodee de técnicos sin experiencia en primera línea de la política y que en diez años haya prescindido de algunos de los baluartes más importantes de la etapa de Aznar.
RATO FUE EL PRIMERO
El exministro de Economía Rodrigo Rato fue el primero en apartarse del PP y marcharse a dirigir el Fondo Monetario Internacional cuando Aznar escogió como sucesor al gallego en 2003. Permaneció como vicepresidente hasta el final del mandato y después se alejó de España para no entorpecer el nuevo liderazgo de Rajoy.
Sin embargo, a Rato le costó entender que no fuera el elegido por Aznar y desde el principio tuvo algunos encontronazos con el gallego por su falta de decisión en momentos difíciles. Así, cuando en diciembre de 2003 murieron siete agentes del CNI en Iraq, Rajoy tenía dudas de si debía ir como candidato del PP a recibir los cuerpos en la Base Aérea de Torrejón y pidió consejo al entonces vicepresidene primero. "Mariano, ahora tú eres el líder. Decide tú", le respondió Rato, según han relatado a Servimedia testigos presenciales.
En julio de 2007, Josep Piqué renunció al cargo de presidente del PP de Cataluña y envió una dura carta a Rajoy en la que abandonaba por discrepancias con la línea que la dirección nacional había marcado en relación con el nuevo estatuto.
Piqué llegó a reprochar en la misiva a Rajoy "la voluntad de la dirección nacional del partido de imponer un replanteamiento estratégico en Cataluña, perjudicando la imagen y la autoridad personal de su presidente en Cataluña y de su equipo".
Los problemas internos para Rajoy se agravaron en 2008, tras su segunda derrota consecutiva en unas elecciones generales. Asesorado por el sociólogo Pedro Arriola, el mismo que ahora ha aconsejado retirar la nueva Ley del Aborto para por intereses electorales, prescindió de Ángel Acebes como secretario general del PP y de Eduardo Zaplana como portavoz en el Congreso.
En su lugar colocó a dos mujeres como María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría para atraer el voto femenino, que había resultado fundamental para que el socialista José Luis Rodríguez Zapatero revalidase su poder al frente de La Moncloa. Acebes montó un bufete de abogados y Zaplana fichó por Telefónica, aunque desde entonces han sido muy prudentes en sus manifestaciones públicas para no dañar al partido.
EL PORTAZO DE MARÍA SAN GIL
Además, Rajoy decidió suavizar el mensaje del PP en la política antiterrorista antes del 16º Congreso Nacional celebrado en Valencia, donde debía ser ratificado como presidente del partido. La táctica no gustó nada a la presidente del PP del País Vasco, María San Gil, quien dimitió de forma irrevocable.
La marcha de María San Gil, a la que siguió la del secuestrado por ETA José Antonio Ortega Lara, supuso un terremoto interno en el PP porque dos referentes de la lucha contra ETA abandonaban las filas por discrepancias con la nueva línea que pretendía imponer Mariano Rajoy.
Miles de afiliados se sintieron traicionados y varias decenas llegaron a darse de baja en el País Vasco pese a que el nuevo responsable, Antonio Basagoiti, mantuvo siempre un discurso duro contra los terroristas. Basagoiti también dejó la política en 2013 y se marchó a México con su familia para dirigir una filial del Banco Santander.
Tras María San Gil, en la dirección nacional se produjo otra baja en 2008. Fue la del entonces secretario ejecutivo de Seguridad y Justicia, Ignacio Astarloa, quien renunció a seguir en el cargo y fichó poco después por la Fundación FAES de Aznar. Continuó como diputado pero este mismo año abandonó definitivamente el Congreso.
El cónclave de Valencia en 2008 provocó una pequeña rebelión interna contra Rajoy dentro del PP, dado que muchos dirigentes consideraban que debía abandonar la política tras dos derrotas seguidas en las urnas. Esperanza Aguirre amagó con pelear el liderazgo a Rajoy pero ni siquiera llegó a manifestar de forma explícita su deseo.
Aguirre desistió en su empeño de optar a la Presidencia del Gobierno. Tras el triunfo de Rajoy en las siguientes elecciones generales y comenzar los recortes sociales, dimitió como presidenta de la Comunidad de Madrid en septiembre de 2012 para dejar paso a Ignacio González. No obstante, ahora pretende optar a ser la candidata del PP a la Alcaldía de la capital.
PELEA POR EL LIDERAZGO
Quien sí peleó públicamente en 2008 con Rajoy fue el exsecretario de Estado Juan Costa, quien meses antes había redactado el programa electoral de Mariano Rajoy para las elecciones generales. Costa no encontró apoyos suficientes para competir y abandonó la política, al igual que el diputado manchego Alejandro Ballestero.
Dentro del equipo de Rajoy se produjo otra disidencia en aquella época. Su director de campaña, Gabriel Elorriaga, publicó un artículo pidiendo un relevo al frente del PP pero nunca llegó a abandonar la política. Después de aquello se mantuvo en la sombra y Rajoy acabó premiando esa discrección como presidente de la Comisión de Hacienda y Administraciones Públicas en el Congreso de los Diputados.
Los últimos dirigentes históricos del PP, antes de Alberto Ruiz-Gallardón, en abandonar la política han sido este mismo año Jaime Mayor Oreja y Alejo Vidal-Quadras con motivo de las elecciones al Parlamento Europeo.
Mayor Oreja anunció su decisión de no repetir como cabeza de lista después de mantener en enero una conversación con Rajoy y esperar durante semanas una respuesta del presidente del Gobierno. Su disparidad de criterios sobre la lucha contra ETA o el desafío independentista en Cataluña siempre fueron conocidos.
Por su parte, Vidal-Quadras, que fue presidente del PP de Cataluña en tiempos de Aznar y que siempre estuvo protegido como eurodiputado en Bruselas, llevaba años distanciado de la dirección nacional y acabó formando el nuevo partido VOX para concurrir a los comicios europeos.

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