"Que otros países nórdicos cierren sus fronteras puede tener grandes consecuencias para Dinamarca. Esto puede provocar más demandas de asilo", dijo en una rueda de prensa Rasmussen, al frente de un gobierno liberal que quiere limitar las llegadas de migrantes al país.
Rasmussen ya dio a entender que reaccionaría a los controles sistemáticos anunciados por Suecia.
Los controles daneses no serán sin embargo sistemáticos sino aleatorios. Se instaurarán por un período de diez días, que podrá ser ampliado "Reaccionamos a una decisión tomada por Suecia (...) No es en absoluto una situación feliz", añadió.
La ola de refugiados ha adquirido gran magnitud entre agosto y noviembre, y generado tensiones entre Suecia, país que recibió 163.000 demandas de asilo el año pasado, la mayor proporción por habitantes de la UE, y Dinamarca, que solamente recibió 18.000.
Suecia, superada por los acontecimientos, exige a partir de este lunes un documento de identidad para atravesar por tren o autobús el puente de Öresund, principal puerta de entrada de refugiados al país.
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