La dinastía Bongo, en la cuerda floja en elecciones presidenciales en Gabón

Los gaboneses votan este sábado en presidenciales en las que parten como favoritos el jefe de Estado saliente, Ali Bongo Ondimba, y Jean Ping, un excacique del régimen que pretende poner fin a una dinastía en el poder desde hace 50 años.

Los primeros colegios electorales abrieron poco antes de las 08h00 (07H00 GMT) en Libreville, o sea con casi una hora de retraso respecto al horario previsto, constató la AFP.

Alrededor de 628.000 votantes están llamados a las urnas para elegir, a una vuelta, el presidente de este pequeño país de África central muy dependiente de los ingresos petroleros.

Un tercio de los aproximadamente dos millones de habitantes vive en la pobreza pese a la riqueza forestal y minera de Gabón.

Ali Bongo Ondimba, de 57 años, fue electo en 2009 después de la muerte de su padre, Omar, quien permaneció 41 años en el poder.

Se enfrenta en las urnas a nueve candidatos, entre los que destaca el exjefe de la Unión Africana Jean Ping, de 73 años, que fue varias veces ministro cuando gobernaba Omar Bongo.

Inicialmente el presidente saliente llevaba mucha ventaja en las encuestas sobre la intención de voto pero a mediados de agosto las fuerzas se reequilibraron, con una alianza de la oposición en torno a Ping.

"Existe el riesgo de que vuelvan algunas personas que han hecho mucho daño a nuestro país", declaró el viernes Ali Bongo refiriéndose a Ping, en el cierre de una campaña al estilo estadounidense en la que no se escatimaron medios financieros.

En el mismo momento, Ping prometía a miles de partidarios "la primera alternancia y la segunda independencia" de Gabón, que sólo ha tenido tres presidentes desde el final de la colonización francesa el 17 de agosto de 1960.

La campaña estuvo plagada de ataques verbales. La oposición pidió en vano la invalidación de la candidatura de Bongo, repitiendo hasta la saciedad que en realidad es nigeriano y que fue adoptado por su padre, con lo que no podía gobernar.

Una quincena de militantes civiles siguen detenidos desde su arresto el 9 de julio durante una manifestación contra Bongo. El sindicalista Jean-Rémi Yama llamó a votar por Ping desde la celda.

Decenas de observadores de la Unión Europea (UE) y de la Unión Africana (UA) están en el país para el seguimiento de las operaciones de voto y de escrutinio, pero la oposición no confía demasiado en el resultado.

"Sabemos que Ali Bongo intentará hacer trampa, como hizo en 2009", afirma Ping, quien reconoce haber sido testigo de fraudes cuando era ministro bajo la presidencia de Omar Bongo. Los dos bandos se acusan de cometer fraude.

También plantean problema las incoherencias de las listas electorales, asegura un economista gabonés, Mays Mouissi, que cita a modo de ejemplo unas 60 localidades con "muchos más votantes inscritos en la lista electoral que habitantes".

Muchas de las personas de la capital, Libreville, están inscritas en sus aldeas de origen, responde la presidencia.

La comunidad internacional ha instado a las autoridades a garantizar elecciones "pacíficas y creíbles".

La población se pregunta si estallarán disturbios cuando se conozca el resultado de la votación, previsto para dentro de tres días.

"En algunos barrios de Libreville y en Port-Gentil se preparan actos violentos. Ya hemos identificado a los líderes", dice una fuente gubernamental. Por seguridad, las autoridades han cerrado las fronteras terrestres, marítimas y aéreas hasta las 20H00 de este sábado.

En 2009, en Port-Gentil, la capital económica, hubo disturbios tras el anuncio de la victoria de Bongo que se saldaron con varios muertos, toque de queda e incendios.

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