Se trata de Hugo y Mariano Jinkis, quienes tienen prisión domiciliaria y son los dueños de Full Play, una empresa de marketing y transmisión de fútbol que entre otros, tenía los derechos de difusión de las eliminatorias mundialistas sudamericanas y del torneo Sudamericano Sub-17 celebrado en marzo en Paraguay.
A raíz del escándalo de corrupción que sacudió la FIFA, Estados Unidos pidió la extradición de los Jinkis y del rico empresario Alejandro Burzaco, quien se entregó en junio a la justicia en Italia y ya fue extraditado.
Los Jinkis, padre e hijo, se negaron a la extradición ante el juez federal Claudio Bonadío. De todos, serán sometidos a un juicio de extradición, para que la justicia determine si corresponde o no hacerlo.
Los dueños de Full Play enfrentan otros cargos en Argentina, donde fueron acusados por fraude al Estado por unos 40 millones de dólares y lavado de activos.
El escándalo que envuelve a la entidad rectora del fútbol mundial estalló en mayo pasado, cuando la justicia de Estados Unidos imputó a 14 miembros de la entidad y varios empresarios por apropiarse de USD 150 millones en los últimos 20 años.
Burzaco se declaró el 31 de julio no culpable ante un tribunal de Nueva York por los delitos de extorsión, lavado de dinero y fraude electrónico y pagó una fianza de USD 20 millones para quedar en libertad vigilada.
El juez le impuso al empresario de marketing deportivo llevar un dispositivo electrónico y no salir de Nueva York y Long Island.
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