Dos caras de un sueño revolucionario

  • Las dos caras de la juventud contestataria que inició las revueltas que acabaron con los expresidentes Hosni Mubarak y Mohamed Mursi coinciden en la necesidad de un Egipto estable, aunque discrepan del precio a pagar.

Edu Marín

El Cairo, 24 may.- Las dos caras de la juventud contestataria que inició las revueltas que acabaron con los expresidentes Hosni Mubarak y Mohamed Mursi coinciden en la necesidad de un Egipto estable, aunque discrepan del precio a pagar.

En un céntrico café cairota, con el sonido de fondo de una entrevista televisada a uno de los candidatos presidenciales, Abdelfatah al Sisi, dos simpatizantes de las organizaciones juveniles Tamarrud y Movimiento 6 de Abril se sientan a la misma mesa de debate, auspiciada por Efe.

Juntos en su lucha por derrocar a Mursi, sus posturas sobre el futuro de Egipto se distanciaron una vez caído el líder islamista.

El Movimiento 6 de Abril, con sus principales líderes encarcelados, sigue su lucha; Tamarrud, por su parte, ha preferido tender la mano al Ejército y a Al Sisi.

"Por supuesto que queremos estabilidad en Egipto, pero esta manera de implantarla no es la correcta", señala Mohamed Nabil, miembro de la oficina política del Movimiento 6 de Abril, instigador de las protestas de 2011 que acabaron con Mubarak.

Discrepa Gladys Haddad, colaboradora de Tamarrud -grupo que recogió millones de firmas contra Mursi y llamó a las manifestaciones del 30 de junio de 2013, que desembocaron en su derrocamiento militar-: "La hoja de ruta tiene que finalizar".

Haddad alude al guión establecido por el Ejército tras la caída de Mursi, que incluye una nueva Constitución, aprobada en referéndum en enero, las elecciones presidenciales del próximo lunes y martes, y la convocatoria de comicios legislativos.

Guía turística "sin turistas a los que guiar", Haddad, de 39 años, implora un Egipto estable no solo para que vuelvan los extranjeros, sino porque los propios egipcios, le espeta a Nabil, "necesitan comida, dinero y sanidad, y eso no va a llegar si estáis todo el tiempo protestando".

Nabil recoge el guante y se mantiene firme, convencido de que todo contra lo que lucharon durante el gobierno islamista de Mursi "está volviendo a suceder ahora".

"Entonces decían que si no votabas ibas a ir al infierno; ahora, que si no lo haces eres un traidor", reflexiona.

Haddad, miembro además de la campaña de Al Sisi, agradece el papel del Movimiento 6 de Abril durante los últimos años ya que "despertasteis a los egipcios", pero les acusa ahora de "ignorar" a esos mismos ciudadanos al boicotear las elecciones.

Nabil justifica su decisión de no acudir a los comicios con que estos van en contra de la propia Constitución, en alusión a que las decisiones de la comisión electoral no pueden ser recurridas ante los tribunales de justicia.

Además, critica que Al Sisi solo tenga un punto en su "inexistente" programa electoral, basado en "la lucha contra los Hermanos Musulmanes".

Haddad defiende que ese es el punto principal, aunque no el único, y que además "no solo luchará contra ellos, sino contra todos los terroristas".

Otra promesa que ha realizado Al Sisi en su campaña es el mantenimiento de la ley de protestas, aprobada en noviembre y que restringe el derecho de manifestación.

Los fundadores del 6 de Abril, Ahmed Maher y Mohamed Adel, cumplen una condena de tres años de cárcel por convocar una protesta precisamente contra esa ley.

"Si no tenían permiso, la pena es correcta", sostiene Haddad, que no responde a la pregunta de Nabil sobre por qué no se aplica la misma ley a los defensores de Al Sisi, que, según él, se han manifestado sin autorización en varias ocasiones.

"Al Sisi es un líder fuerte, no un dictador", defiende Haddad. "Respeto tu opinión, pero sí que lo es", responde Nabil.

Una de las grandes cuestiones que giran en torno a ambos movimientos es la posibilidad de convertirse en partidos políticos.

Haddad reconoce que Mahmud Badr (fundador de Tamarrud) sí tiene intención de que el grupo se convierta en partido político; algo de lo que el 6 de Abril parece más alejado por discrepancias entre los miembros y porque la situación "no es democrática", sostiene Nabil.

"¿Cómo vais a ser efectivos entonces?", pregunta Haddad a Nabil, quien replica que su trabajo es "denunciar todo lo que está mal". "¿No hay nada que esté bien?", se indigna la joven de Tamarrud.

Finalizada la entrevista a Al Sisi en la televisión, los camareros comienzan a cerrar el café y los espectadores desconectan de la campaña presidencial para retomar sus quehaceres.

"La política no es lo único que necesita la gente, también necesita vivir", concluye Haddad, ansiosa por recuperar la normalidad en Egipto.

"Por supuesto", contesta Nabil, "pero se necesita una manera de vivir todos juntos".

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