Duran, incombustible contrapeso de moderación al soberanismo de la nueva CDC

  • Josep Antoni Duran Lleida, el incombustible presidente del comité de gobierno de Unió, reelegido hoy para cuatro años más, representa la voz más moderada de la dirección de CiU y un contrapeso al soberanismo de la nueva CDC.

Roger Mateos

Sitges (Barcelona), 13 may.- Josep Antoni Duran Lleida, el incombustible presidente del comité de gobierno de Unió, reelegido hoy para cuatro años más, representa la voz más moderada de la dirección de CiU y un contrapeso al soberanismo de la nueva CDC.

Nacido en 1952 en Alcampell, un pequeño pueblo agrícola de la zona catalanohablante del Aragón oscense, casado y con tres hijas, Duran estudió Derecho en la Universidad de Lleida.

En 1974, se afilió a Unió y en 1977 asumió sus primeros cargos de relieve, como presidente de las juventudes y miembro del comité de gobierno del partido.

Entre 1982 y 1984 ya se puso al frente de los democristianos y, tras un intervalo de unos años, en 1987 volvió a tomar las riendas de Unió hasta el día de hoy, en que ha revalidado su liderazgo por cuatro años más.

Tras haber superado la extirpación de un tumor en uno de sus pulmones justo antes de las elecciones generales de 2008, Duran es hoy, además, portavoz de CiU en el Congreso, desde donde defenderá en los próximos meses la propuesta catalana de pacto fiscal.

Lejos de simpatizar con la deriva independentista de CDC, que en su congreso del pasado marzo fijó como horizonte nacional un Estado propio para Cataluña, Duran se resiste a seguir miméticamente los pasos de sus socios de federación en CiU.

La reivindicación del pacto fiscal ha sido el último compromiso estratégico que ha permitido a Unió y Convergència aparcar viejas rencillas y trabajar unidos en pos de un objetivo común.

Pero un eventual portazo a la propuesta de financiación catalana podría desencadenar un pulso interno en la federación en torno al 'plan B' a seguir: Duran ya ha dejado claro en el XXV congreso de Unió, reunido este fin de semana en Sitges (Barcelona), que no está dispuesto a dejarse arrastrar por los convergentes hacia unas tesis favorables al divorcio definitivo con el resto del Estado español.

Pese a haber conseguido el pasado noviembre, por primera vez en la historia para CiU, ganar unas elecciones generales en Cataluña, Duran ha visto cómo desde dentro de su partido Josep Maria Vila d'Abadal aspiraba a desbancarle como líder de los socialcristianos.

El alcalde de Vic (Barcelona) y candidato alternativo a dirigir Unió argüía que tres décadas de Duran en la cúpula del partido eran más que suficientes y que había llegado la hora de la renovación, pero su principal caballo de batalla era su apuesta independentista.

Para asegurarse una victoria aplastante en la votación de hoy de las candidaturas, Duran lanzó un órdago, llegando a insinuar incluso que se iría "a casa" el día que su partido renunciase a su perfil propio y se dedicase simplemente a emular a Convergència.

Es un secreto a voces que su relación con el nuevo secretario general convergente, Oriol Pujol, convencido independentista, está lejos de ser la mejor posible, lo que contrasta con la magnífica sintonía personal que tiene con el presidente catalán, Artur Mas.

Duran, hombre de CiU en Madrid, reconoce estar "preocupado" por el choque de trenes al que parece que se encaminan Cataluña y el resto de España si se rechaza el pacto fiscal: muchos entenderán entonces que la única salida puede ser la independencia, un escenario cada vez más incómodo para los moderados como Duran.

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