EEUU admite el fracaso en su acercamiento a la Junta Militar de Birmania tras el veto a Suu Kyi

  • Bangkok.- Estados Unidos reconoció hoy que su nueva política de distensión con la Junta Militar de Birmania (Myanmar) está fracasando, después de que el régimen haya cerrado la puerta a la participación en las próximas elecciones a la líder opositora Aung San Suu Kyi.

Bangkok.- Estados Unidos reconoció hoy que su nueva política de distensión con la Junta Militar de Birmania (Myanmar) está fracasando, después de que el régimen haya cerrado la puerta a la participación en las próximas elecciones a la líder opositora Aung San Suu Kyi.

"Nuestra idea era promover el diálogo entre todas las partes, y la promulgación de la nueva ley electoral no deja mucho espacio para el diálogo", declaró en Bangkok el secretario de Estado adjunto norteamericano para Asia Oriental y Pacífico, Kurt Campbell.

Campbell, quien se encuentra de gira por diez países asiáticos, añadió que "estamos muy decepcionados y preocupados, es lamentable y un duro revés porque no nos lo esperábamos".

Tras la llegada a la Casa Blanca de Barack Obama, Washington optó por dar un giro a su política con Birmania, intentando apaciguar a los generales con ofertas de inversiones en vez de aislarlos con más sanciones económicas a las que ya están en vigor.

EEUU tenía la esperanza de que la Junta Militar tomara la senda de la democracia y liberara a Suu Kyi para que ella y su partido pudiesen tomar parte en los comicios previstos para este año.

Sin embargo, el régimen birmano ha optado esta semana por todo lo contrario.

La nueva ley electoral deja claro que la Nobel de la Paz no puede optar a la Jefatura del Estado porque estuvo casada con un extranjero y sus hijos disponen de pasaporte británico, y tampoco puede ser diputada porque ha sido condenada por los tribunales.

Suu Kyi cumple actualmente una sentencia de 18 meses de arresto domiciliario por haber dejado pernoctar en su casa a un intruso estadounidense.

La Junta birmana anuló ayer los resultados de los últimos comicios de 1990, en los que la abrumadora victoria de la opositora Liga Nacional por la Democracia (LND) nunca fue acatada por la Junta.

Si quiere presentarse a la votación, la LND deberá expulsar de sus filas a Suu Kyi, registrarse de nuevo en los próximos 60 días y comprometerse a apoyar la Constitución de 2008, un documento diseñado para perpetuar en el poder a los uniformados.

No obstante, la LND recibió la buena noticia del permiso para reabrir sus oficinas en Rangún, selladas desde que en 2003 fue puesta bajo confinamiento en su hogar Suu Kyi, quien ha calificado la ley electoral de "injusta" y "represiva".

Los comicios serán supervisados por los 17 miembros de la Comisión Electoral, elegidos por el régimen y que tendrán amplios poderes sobre todo el proceso en Birmania, bajo una dictadura militar desde 1962.

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