Washington, 7 jul.- El Gobierno estadounidense pidió hoy contención a la partes hasta que se conozca el resultado final de las elecciones presidenciales en Afganistán, ante el enfrentamiento entre los dos candidatos por acusaciones de fraude.
El Departamento de Estado de EE.UU. señaló que se han hecho "serias acusaciones de fraude que tienen que ser todavía investigadas adecuadamente".
"Pedimos a las dos campañas y sus seguidores que cooperen con las auditorías y eviten declaraciones y acciones provocativas", dijo en un comunicado la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, quien subrayó que EE.UU. no apoya a ningún candidato en particular.
Estados Unidos, dijo, apoya un proceso "inclusivo, transparente y creíble" que sea ampliamente apoyado por los afganos y como resultado salga un presidente "que pueda traer consigo un Afganistán unido y gobernar eficazmente".
La portavoz recordó que los resultados del recuento preliminar difundidos hoy por la Comisión Electoral de Afganistán (IEC), no son definitivos y "podrían no predecir el resultado final".
El candidato Ashraf Gani ganó los comicios con el 56,44 % de los votos, según el primer recuento preliminar de las elecciones presidenciales afganas, que fue rechazado por el equipo electoral de su contrincante, Abdulá Abdulá, a quien se otorgó el 43,56 %.
"Como la comisión ha dejado claro, estos resultados no son finales y ninguno de los candidatos debe reclamar la vitoria, según este anuncio", enfatizó.
Poco antes de conocerse los datos del escrutinio de la ronda final de las elecciones, celebrada el 14 de junio, lo equipos de Abdulá y Gani habían acordado volver a contar los votos en 7.000 unas, que podría afectar a 3 millones de votos, para asegurar la transparencia de los comicios.
La portavoz instó a las partes a enviar representantes para observar el proceso de auditoría, auspiciado por la ONU, que "comience inmediatamente" para que pueda concluir antes del tiempo establecido para la toma de posesión del próximo presidente, prevista para el 2 de agosto.
Psaki consideró necesaria una revisión "completa y minuciosa" de las quejas de irregularidades para garantizar la confianza de los afganos en la "integridad" del proceso electoral, de modo que el nuevo presidente sea "claramente aceptado" dentro y fuera del país.
Las elecciones presidenciales afganas suponen la salida del poder de Hamid Karzai, después de 13 años al frente del país, ya que la Constitución prohíbe un tercer mandato.
El proceso electoral se desarrolla mientras el conflicto en Afganistán se halla en uno de sus momentos más sangrientos desde la invasión de Estados Unidos, que propició la caída del régimen talibán en 2001.
La fuerza de la OTAN (ISAF) concluirá su misión en Afganistán a finales de este año, pero Estados Unidos ha anunciado que mantendrá unos 9.800 soldados en el país hasta completar su salida total a finales de 2016.
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