Egipto. Unas 840 personas murieron en la represión de las protestas, según amnistía


Al menos 840 personas murieron por los abusos cometidos por las fuerzas de seguridad de Egipto durante las protestas multitudinarias contra el Gobierno desencadenadas a principios de este año.
Así lo afirma Amnistía Internacional en su informe "Egipto se levanta: asesinatos, detenciones y torturas en la 'Revolución 25 de Enero'", dado a conocer este jueves, dos días antes de que comience el juicio contra el exministro del Interior Habib el Adly por cargos relacionados con los homicidios de manifestantes.
Según Amnistía, aunque las autoridades egipcias hayan empezado a exigir que rindan cuentas algunos de los presuntos responsables de graves violaciones de derechos humanos, muchas víctimas de la "brutalidad" de las fuerzas de seguridad corren peligro de no ser incluidas en los esfuerzos para abordar las consecuencias de la violencia.
"El enjuiciamiento de altos cargos públicos presuntamente responsables del escandaloso uso excesivo de la fuerza contra manifestantes pacíficos es un primer paso fundamental. Pero la respuesta de las autoridades a las víctimas debe ir mucho más lejos", señala.
El informe destaca que "las familias de quienes perdieron la vida, así como las personas que resultaron heridas de gravedad o sufrieron detención arbitraria o tortura, incluso a manos de miembros del ejército, tienen derecho a esperar que las autoridades den prioridad a sus necesidades".
"Eso significa proporcionarles la verdad sobre lo ocurrido, una reparación adecuada y garantías de que todos los responsables son procesados", añade.
El informe incluye evidencias condenatorias de que las fuerzas de seguridad usaron la fuerza excesiva para intentar disolver y reprimir las protestas contra el expresidente egipcio Hosni Mubarak y que demostraron "un desprecio manifiesto por la vida".
Por ejemplo, muchos manifestantes murieron por disparos en la parte superior del cuerpo, como la cabeza y el pecho, lo que parecía indicar que se había atacado selectivamente a manifestantes que no representaban una amenaza o, como mínimo, un uso absolutamente irresponsable de las armas de fuego.
Además, Amnistía subraya que más de 6.000 personas sufrieron lesiones en las protestas, algunas de carácter permanente.
Por otro lado, esta organización lamenta que no se hayan investigado en profundidad los casos individuales de detención arbitraria, tortura u otros malos tratos, incluidos los cometidos por el ejército.
Amnistía Internacional documentó numerosos casos de tortura bajo custodia durante las protestas, como palizas con palos o látigos, descargas eléctricas (incluso en partes sensibles del cuerpo), sometimiento a posturas forzadas durante largos periodos, insultos y amenazas de violación.
Esta organización ha presentado sus conclusiones a la Fiscalía para que sirvan de apoyo a las investigaciones sobre los responsables de violaciones de derechos humanos.

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