El acusado de asesinar a un hombre en un ajuste de cuentas en Murcia se declara inocente en el juicio

  • Murcia.- Pedro S.G., alias "el Karateka", al que se acusa de matar a sangre fría en un ajuste de cuentas por asuntos relacionados con el tráfico de drogas a un colaborador cuyos restos fueron encontrados accidentalmente siete años después en un huerto, se ha declarado inocente del crimen.

El acusado de asesinar a un hombre en un ajuste de cuentas en Murcia se declara inocente en el juicio
El acusado de asesinar a un hombre en un ajuste de cuentas en Murcia se declara inocente en el juicio

Murcia.- Pedro S.G., alias "el Karateka", al que se acusa de matar a sangre fría en un ajuste de cuentas por asuntos relacionados con el tráfico de drogas a un colaborador cuyos restos fueron encontrados accidentalmente siete años después en un huerto, se ha declarado inocente del crimen.

En la primera sesión de la vista oral que se ha iniciado hoy en la Audiencia Provincial de Murcia ante un jurado popular, el procesado ha asegurado que en el momento del crimen, ocurrido en el garaje de su vivienda a mediados del año 2000, se encontraba en el porche hablando con un amigo y escuchó un disparo, "por lo que me dirigí hacia el lugar a ver lo que había pasado".

Ha añadido que vio a Alfonso S.R. tendido en el suelo, con la cara ensangrentada, y que al preguntar a las dos personas que se encontraban allí le dijeron que el autor del disparo que acabó con su vida fue un ciudadano de Ucrania, conocido por Sergei, que participaba con el acusado en el tráfico de drogas.

Las otras dos personas testigos del asesinato, según el acusado, fueron el abogado A.R. y J.M., al que se conoce por "el Bombero".

"Aunque Sergei no estaba allí -ha añadido-, los otros dos me aseguraron que había sido él el autor del disparo, y yo me lo creí, porque perteneció a unas fuerzas especiales rusas y es de ese tipo de personas que primero disparan y luego preguntan, mientras que a los otros dos no los creía capaces de matar".

Pedro S.G. ha revelado también que tanto la víctima como los dos testigos señalados habían acudido a su vivienda, ubicada en la pedanía murciana de El Palmar, "porque yo mismo los había convocado, junto al ucraniano, para que me dieran explicaciones sobre la desaparición de diez kilos de cocaína que les había entregado cuando entré en prisión para que la custodiaran".

"Les dije que tenía que aparecer la droga o el dinero de su venta y les amenacé con que en caso contrario los remitiría a los colombianos que eran sus propietarios, y que entonces tendrían un problema con ellos".

El procesado ha reconocido que colaboró en las labores de limpieza de la sangre del fallecido, "para lo que utilizamos salfumán, ya que el testigo que es abogado me dijo que era el mejor sistema para que no quedaran restos ni en las juntas de las losas ni en los poros de las mismas".

Asimismo, ha añadido que obligó a los dos testigos del crimen a llevarse el cadáver del lugar, "llegando a un pacto de silencio entre todos por el que me comprometí a no decir nada si los otros tampoco lo hacían, pero como no lo respetaron, me vi obligado a declarar aquello que sabía".

"Yo no soy un santo, estoy dispuesto a pagar por lo que hice, por eso reconozco que participé en la limpieza de la sangre y en ordenar el traslado del cadáver, pero no estoy dispuesto a tragarme lo del crimen, porque yo no estaba en el garaje ni fui el que apretó el gatillo; no iba a ser tan tonto como para asesinar a otra persona en mi casa y delante de varios testigos".

"El abogado y 'el Bombero' me aseguraron que el disparo lo hizo Sergei, pero éste siempre me lo negó y me dijo que no llegó a estar aquel día en la casa, aunque yo lo había llamado para que participara en la reunión para saber lo que había pasado con la droga", afirmó.

El acusado ha revelado también que a la reunión a la que convocó a sus colaboradores, "todos llevábamos armas, que pusimos encima de la mesa, y el fallecido también poseía la suya, aunque en esos momentos la tenía guardada en una habitación próxima".

En este juicio, que continuará mañana con la declaración de los guardias civiles que realizaron la investigación, el fiscal pide 17 años de prisión por el asesinato y dos años por un delito de tenencia ilícita de armas.

El representante del Ministerio Público ha indicado hoy en la exposición de su escrito de acusación que considera probado que fue Pedro S.G. el que efectuó el disparo en la cabeza que acabó con la vida de Alfonso S. y al que previamente había obligado a pedalear en una bicicleta estática hasta desfallecer.

Según el fiscal, el crimen se produjo en fecha que no se ha podido determinar, pero que sitúa a mediados del año 2000 y que el cadáver fue descuartizado, enterrando en un solar próximo a El Palmar y posteriormente, en el año 2001, trasladado a un huerto ubicado en Ceutí, donde el 8 de diciembre de 2007 fue encontrado por un tractorista cuando labraba las tierras.

Por su parte, la defensa considera que Pedro S.G. no cometió el crimen y que ha sido víctima de "una persecución policial" y del "traje a medida" que le hicieron los dos testigos que lo acusan, en referencia a A.R. y 'el Bombero'.

Mostrar comentarios