El ala de izquierda del PS galo se organiza en su crítica al Gobierno

París, 30 ago.- El ala de izquierda del Partido Socialista (PS) francés, muy crítico con la política llevada a cabo por el Gobierno de François Hollande, presentó hoy una corriente interna en una reunión a la que asistió la ministra de Justicia, Christiane Taubira.

Contra todo pronóstico, la reunión de los críticos, denominados "frondistas", durante el encuentro de lanzamiento del nuevo curso político del PS en La Rochelle (este del país), contó con la presencia de Taubira, que mantuvo su cartera ministerial en la remodelación que presentó el pasado martes el primer ministro, Manuel Valls, a la que no sobrevivieron otros críticos con la política económica gubernamental.

Los entonces ministros de Economía, Arnaud Montebourg; de Educación, Benoit Hamon, y de Cultura, Aurélie Filippetti, fueron expulsados del Ejecutivo por las críticas emitidas a la política económica del mismo, en particular a la excesiva austeridad del mismo.

Taubira, que había mostrado su solidaridad con los críticos, mantuvo sin embargo la cartera de Justicia, considerada por los observadores como la única concesión al ala de izquierda del partido.

Con su participación en la creación de esta corriente crítica, bautizada como "Viva la izquierda", Taubira lanza un desafío a Valls, que acudirá la reunión de La Rochelle mañana.

La ministra de Justicia se limitó a escuchar los discursos de la corriente crítica, muy duros contra la línea económica del Ejecutivo, y solo habló ante los medios de comunicación.

"Tenemos que volver a situar la política en el centro del debate. La política es el coraje de hacerse preguntas y de crear espacios de comprensión", dijo Taubira, quien se dijo dispuesta a "asumir las consecuencias" de su presencia en esa reunión.

Montebourg, por su parte, participó en la reunión oficial del PS con un discurso de defensa de su labor en el Gobierno entre mayo de 2012 y el pasado lunes.

La tradicional reunión de lanzamiento del nuevo curso político del PS se presenta este año particularmente tensa, entre los defensores de la línea oficial del Gobierno y el sector crítico, que pide relajar la austeridad presupuestaria.