El arzobispo de Toledo invita a rechazar "todo ataque a la vida" sin distinción del tramo

Toledo.- El Arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, ha invitado a rechazar "todo ataque a la vida" sin distinción del tramo "de su existencia", en la homilía que ha pronunciado en la capilla del Seminario Mayor de Toledo con motivo de la solemnidad de la Anunciación del Señor, la Vigilia por la Vida.

El Arzobispo ha recordado que "siempre hay una razón para vivir", señala una nota, porque "el amor eterno e indestructible asegura en la vida de cada uno de nosotros un sentido permanente, aunque no conozcamos su futuro, y es una realidad a vivir y a defender".

"Esta dignidad, inalterada en todos los momentos y fases de la vida es inatacable", ha añadido, aunque constatando que "hay miedo, en los hombres y mujeres, en nuestros contemporáneos y en nosotros mismos, por eso la existencia de cada persona no se hace valiosa ni fecunda sólo porque ponderemos que hay ciertos aspectos logrados, sino por el don de la propia vida por amor".

En este contexto, el Arzobispo se ha preguntado qué hacer. "En primer lugar oponernos a todo ataque a la vida, sea en el tramo de la existencia que sea" y, por ello, "hay que seguir diciendo que aunque todos quieran el aborto y la eutanasia, nosotros no, aunque nos digan que estamos fuera de la Constitución, que no es verdad".

Ha señalado que "aunque sea importante estar dentro de la vida de la comunidad en la que estamos, de la sociedad en la que estamos", hay que hacerlo "no a cualquier precio y aceptando todo como si fuera bueno porque es moderno"

"Por eso, sí hay que decirles a nuestros políticos que no está bien lo que están haciendo, hay que hacerlo sin ningún miedo", ha ampliado, y también "hay que seguir educando a nuestros hijos en el amor humano y en lo que significa de grandioso y maravilloso".

Ha dicho que "la cultura de la no vida, aquello que se presenta como positivo cuando es negativo, también puede ser cambiado" y, por tanto, "estamos en una hora decisiva de la historia humana".

"Nosotros sabemos que el Señor de la historia, aparentemente muy poco poderoso, es tremendamente poderoso", una fuerza, ha apuntado, que se manifiesta en el misterio de la encarnación de Cristo en María, que dice que "la vida es salir al encuentro del Señor".

Así, "el hombre y la mujer que se abandonan en las manos de Dios, no se convierten en un títere para Él, en una persona aburrida y conformista, no pierden su libertad, sino que encuentran la verdadera libertad, la amplitud grande y creativa de la libertad".

El Arzobispo de Toledo ha concluido que "el hombre y la mujer que se ponen en manos de Dios, no se alejan de los demás, ni de sus problemas, sino que se transforman en personas sensibles y, por lo tanto, benévolas y abiertas a la vida".