Río de Janeiro, 16 sep.- Brasil, que hasta el año pasado defendió el derecho de Irán a desarrollar un programa nuclear con fines pacíficos pese a la desconfianza de diversos países, tiene ahora dudas sobre las verdaderas intenciones iraníes, admitió el canciller brasileño, Antonio Patriota, en entrevista publicada hoy.
"Existen temores con algún fundamento de que el programa de desarrollo de energía nuclear de Irán no sea exclusivamente para fines pacíficos", afirmó Patriota en una entrevista publicada por el diario Folha de Sao Paulo.
"Creo que es necesario que Irán demuestre que, de hecho, él (el programa nuclear) es sólo para fines pacíficos", agregó el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil.
Durante el Gobierno del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), Brasil intentó posicionarse como mediador en el conflicto internacional por el programa nuclear de Irán y defendió el derecho de ese país a enriquecer uranio para su programa nuclear con supuestos fines pacíficos.
Patriota, sin embargo, negó que el Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, ahijada política y sucesora de Lula, haya adoptado una nueva política en torno a Irán.
"Las líneas básicas permanecen iguales. Somos a favor de un compromiso con Irán que contribuya a reducir las tensiones", afirmó.
El canciller admitió la autenticidad de unas declaraciones suyas citadas en uno de los cables del servicio diplomático de Estados Unidos revelados por WikiLeaks en el que manifiesta su "gran desconfianza" en torno a las intenciones de Irán.
"No usaría exactamente las mismas palabras, pero el reconocimiento de que existe un problema de confianza es un reconocimiento que siempre hubo por parte de Brasil", afirmó.
En mayo del año pasado, Lula realizó una visita oficial a Teherán que las autoridades iraníes consideraban importante para reducir las tensiones por el conflicto nuclear que enfrentaba a Irán con la comunidad internacional y evitar la imposición de sanciones al régimen iraní.
Países como Estados Unidos y el Reino Unido acusan al régimen iraní de ocultar, bajo su programa atómico civil, otro de naturaleza clandestina y aplicación bélica cuyo objetivo sería la adquisición de un arsenal nuclear.
Brasil siempre se negó a apoyar la imposición de sanciones a Irán por su programa nuclear.
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