El Consejo de Europa, preocupado por los derechos humanos en Crimea

Estrasburgo (Francia), 8 abr.- El comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Nils Muiznieks, expresó hoy su preocupación por las libertades fundamentales en Crimea y anunció que viajará a la zona invitado por un parlamentario ruso que rechaza esas alegaciones.

"La situación es muy preocupante", aseguró Muiznieks ante el pleno de la Asamblea Parlamentaria de la organización paneuropea en Estrasburgo (noreste de Francia), donde dijo que ha recibido información de ataques contra periodistas y de marcas en las puertas de las casa habitadas por la minoría tártara.

El parlamentario ruso Robert Shlegel invitó al comisario a visitar Crimea para que pueda constatar, en su opinión, la falsedad de las informaciones que le han transmitido.

Sobre el conflicto de Crimea, Muiznieks recordó que las demandas individuales de ciudadanos de la península ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos siguen siendo posibles y precisó que será la corte la que determinará si se aplican a Rusia o a Ucrania.

En referencia a otros conflictos, el comisario lamentó que se haga "demasiado poco con los refugiados sirios y, en algunos casos, hasta se rechazan en las fronteras y se entregan a países vecinos de Siria".

Preguntado por el senador español Arcadio Díaz Tejera sobre el desempleo juvenil y la crisis, el comisario de Derechos Humanos señaló que "hay que pensar mucho en el futuro de Europa y está bien hacerlo pensando en los derechos sociales de los jóvenes".

En la celebración hoy del Día internacional del Pueblo Gitano, Muiznieks afirmó que este colectivo constituye "la minoría más vulnerable y excluida de Europa".

Otras áreas en las que Muiznieks ha centrado su actividad en 2013 son las malas prácticas policiales, la libertad de expresión y de información y los derechos de los discapacitados.

Muiznieks visitó veinticuatro países el año pasado y publicó nueve informes, entre ellos el de España, en el que abordó asuntos como el incremento de la pobreza de las familias españolas, la preocupación por los desahucios de familias con hijos y la dificultad para identificar a los policías.