El Consejo de Seguridad extiende por un año misión de ONU en Costa de Marfil

  • El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó hoy extender por un año más el mandato de su misión en Costa de Marfil (Onuci), al tiempo que reiteró nuevamente su preocupación por el aumento de la violencia en el país africano y urgió a aprobar medidas para promover la justicia y la reconciliación nacional.

Naciones Unidas, 26 jul.- El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó hoy extender por un año más el mandato de su misión en Costa de Marfil (Onuci), al tiempo que reiteró nuevamente su preocupación por el aumento de la violencia en el país africano y urgió a aprobar medidas para promover la justicia y la reconciliación nacional.

En una resolución patrocinada por Francia y aprobada hoy por unanimidad, los quince miembros del máximo órgano internacional de seguridad acordaron extender el mandato de Onuci hasta el 31 de julio de 2013 y reducir su componente militar a 8.837 efectivos, incluidos 192 observadores, y mantener sus 1.555 policías.

El Consejo de Seguridad reconoció que se han producido algunos "progresos" en materia de seguridad, pero mostró su preocupación por los asuntos sin resolver como el desarme, la desmovilización y la reintegración, y la "constante" circulación de armas, "que siguen planteando considerables riesgos a la seguridad del país".

Asimismo, condenaron todos los actos de intimidación, amenazas y ataques contra los refugiados y los desplazados internos, incluido el perpetrado el pasado 20 de julio contra el campamento de Duékoué, y el ataque del pasado 8 de junio en el que murieron siete militares de Onuci.

El Consejo de Seguridad reiteró su preocupación porque persisten las denuncias de abusos de derechos humanos y de violaciones del derecho internacional humanitario, de ejecuciones extrajudiciales, asesinatos y mutilaciones hasta detenciones arbitrarias, secuestros de civiles y desapariciones forzadas.

"Los responsables de esas violaciones de derechos humanos deben rendir cuentas por sus actos", aseguran en la resolución, en la que reiteran nuevamente que el Gobierno marfileño es el principal responsable de velar por la paz, la estabilidad y la protección de la población civil.

En este sentido, el Consejo instó a las autoridades a asegurar "en el plazo más breve posible" que los responsables de los abusos sean llevados ante la justicia, en especial los cometidos durante la crisis posterior a las elecciones, y que el Gobierno siga cooperando con la Corte Penal Internacional.

El máximo órgano de seguridad de la ONU instó al Gobierno del presidente Alassane Ouattara a crear la figura de una autoridad central que supervise un programa nacional de desarme y desmovilización con criterios de inclusión "claros y estrictos", así como la creación de una base de datos "segura y transparente".

También alienta que se preste apoyo a los mecanismos de justicia de transición, como la Comisión para el Diálogo, la Verdad y la Reconciliación, y la importancia de la rendición de cuentas y la justicia "imparcial" a través de la Comisión Nacional de Investigación para una reconciliación duradera.

En cuanto a las tensiones fronterizas, los miembros del Consejo exhortaron a los gobiernos de Costa de Marfil y de Liberia a seguir intensificando la cooperación, mediante el aumento de la vigilancia, el intercambio de información y la elaboración de una estrategia común para apoyar el desarme y la repatriación de los refugiados.

El Consejo de Seguridad celebró la iniciativa del Gobierno de mejorar el diálogo político con la oposición, incluidos los partidos sin representación parlamentaria y exhortó a las fuerzas opositoras a desempeñar un papel "constructivo" y contribuir a la reconciliación.

Por último, instó a las partes a garantizar que las próximas elecciones sean "abiertas, libres, imparciales y transparentes", que se celebren con condiciones de seguridad "apropiadas" y tras una reforma electoral "pertinente", y que contribuyan a fomentar la inclusión política y la reconciliación.

El expresidente Laurent Gbagbo perdió ante Alassane Ouattara los comicios del 28 de noviembre de 2010, pero no quiso reconocer su derrota, lo que desencadenó una crisis de cinco meses que enfrentó a fuerzas leales a los dos bandos políticos y forzó la huida de miles de personas.

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