El consejo político de iu ratifica la llamada a la unidad popular impulsada por garzón


El Consejo Político de Izquierda Unida, su máximo órgano de decisión entre asambleas, aprobó este domingo por 124 votos a favor, ninguno en contra y 19 abstenciones el llamamiento a la unidad popular impulsado por el candidato a la Presidencia del Gobierno, Alberto Garzón, con el respaldo del coordinador federal, Cayo Lara.
Ese llamamiento ya fue aprobado por amplia mayoría de la Presidencia Federal y, de hecho, Garzón ha comenzado ya los contactos para impulsarla de cara a las próximas elecciones generales.
El documento presentado por Alberto Garzón, "Hacia la unidad popular", alerta de que la unidad popular no es una opción sino que es “el único camino” posible para las próximas elecciones generales tras el “punto de inflexión” que han supuesto las elecciones autonómicas y municipales. “Ya no hay vuelta atrás”, apunta.
El éxito de las candidaturas de unidad popular en las elecciones autonómicas y municipales, explica, ha dejado claro que esa suma de fuerzas políticas y sociales se convierte en realidad en una multiplicación de apoyo ciudadano.
El documento subraya que ya la X Asamblea General de Izquierda Unida aprobó conformar un amplio bloque social y político, por lo que la política de convergencia es de toda la organización y no “de una parte”.
“Hemos visto críticamente en su momento que en las elecciones europeas de 2014 no supimos ver ni aprovechar todos los impulsos y energías unitarias que venían de las movilizaciones, de la sociedad civil organizada y del cuestionamiento de la política al uso, autocrítica toda ella pertinente y justa que orienta nuestro trabajo en el futuro”, dice.
Tras los resultados del 24-M es “fácil que cada cual encuentren un hábil argumento con el que justificar una prejuiciosa posición sobre la unidad popular o sobre el tipo de unidad popular necesaria”, pero la lectura política de los resultados indica claramente “la potencialidad de la convergencia” y sus resultados “incuestionables” allí donde se ha articulado desde abajo y con pluralidad. Por tanto, añade el documento, esa unidad popular “no es un camino, es el único camino y, por cierto, el nuestro”.
El documento esboza tres objetivos de esa unidad popular: el primero de ellos, concretar la salida social a la crisis con un acuerdo programático de mínimos para atajar la situación de “emergencia” de muchos ciudadanos y combatir la corrupción; el segundo, desplegar en las instituciones esa “nueva cultura política” que ha emergido en los últimos tiempos; y el tercero, hacer efectiva esa unidad popular en candidaturas unitarias en el conjunto del Estado, con “actitud y determinación de ganar el Gobierno del país”.
UNIDAD DE IZQUIERDAS "SIN DISTINCIÓN"
Para ello, la propuesta que Garzón hace a la organización es lanzar un llamamiento a las fuerzas que defienden esa transformación “sin distinción alguna”, ya sean políticas, sociales, sindicatos, plataformas y asociaciones de todos los ámbitos, para “explorar las bases de acuerdos de mínimos” que permitan concretar esa convergencia social y política y que, en lo electoral, culmine con la conformación de plataformas electorales comunes para las próximas elecciones generales.
El documento desgrana una serie de parámetros con los que avanzar en ese proceso: conformarlo “desde abajo”, con protagonismo de los ciudadanos y total horizontalidad; reconociendo la diversidad del Estado y la diversidad de procesos en los distintos territorios; constatando la urgencia derivada del calendario electoral; valorando la heterogeneidad de sujetos activos en ese proceso de forma “que nadie espere, que todo el mundo se ponga en marcha desde ya”; desarrollando una tarea “cooperativa, no uniformizadora” y desde el reconocimiento evidente del protagonismo de la realidad de cada partido y colectivo.
Izquierda Unida, dice el texto, quiere “compartir esta tarea en pie de igualdad” con partidos, colectivos, plataformas y así lo entiende y lo encarga a Alberto Garzón como candidato a la Presidencia del Gobierno. La propuesta señala esa tarea como la prioridad absoluta de Izquierda Unida de cara a las generales, precisando que no es labor de la dirección sino de todas sus estructuras en todos los niveles.
El informe político de Cayo Lara fue aprobado con 117 votos a favor, 17 en contra y 9 abstenciones. En el documento, hace hincapié en que ninguna fuerza de transformación tiene posibilidades de ser palanca de cambio actuando en solitario, por lo que llama también a esa unidad popular pero siempre sobre el respeto a la identidad de cada cual y sin imposiciones sobre "cómo se hace la suma".

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