El descontento social obliga a Pekín a regenerar su sistema judicial

  • Ma Yue cayó un día en el metro de Pekín y nunca volvió a salir. Su madre lleva ya cuatro años buscando respuestas y encontrándose con pruebas que desaparecen, policías que callan y jueces que obvian.

Tamara Gil

Pekín, 4 ago.- Ma Yue cayó un día en el metro de Pekín y nunca volvió a salir. Su madre lleva ya cuatro años buscando respuestas y encontrándose con pruebas que desaparecen, policías que callan y jueces que obvian.

Se trata de una situación de falta de independencia de los poderes judiciales que se repite por todo el país y que ya atemoriza al Gobierno chino, a quien se le acumulan las preguntas sin responder y que irritan cada vez más a la población.

Un ejemplo claro es el de Meng Zhaohong, periodista retirada de 50 años, quien habla a Efe con contundencia, mucha rabia, y sin miedo a represalias, tan sólo centrada en descubrir qué ocurrió con su único hijo, un universitario de 20 años.

Su mundo cambió cuando un día de agosto como el de hoy le llamaron para decirle que su pequeño, Ma Yue, había fallecido en el metro de camino a casa. Las autoridades le contaron que el joven cayó a las vías del tren por una razón que desconocían y que sufrió una descarga eléctrica que acabó con su vida. Nada se pudo hacer para salvarle, le aseguraron.

Ella no se conformó con el relato y comenzó a hacer preguntas, pero todo eran evasivas o respuestas incompletas.

"Quise ver los vídeos de la estación, pero sólo me enseñaron una parte de lo que pasó, desde la esquina más lejana a la que estaba él y desde donde sólo se veía cómo evacuaban a la gente", relata a Efe, con la memoria intacta de cada detalle del proceso, en el que ha visto cómo unos y otros "se pasaban la pelota" y cómo las pruebas, de pronto, desaparecían.

Tras muchas investigaciones con poca ayuda y hasta alguna que otra detención por encabezar protestas, Meng consiguió una segunda opinión de una importante forense del país, la doctora Wang Xuemei, por entonces vicepresidenta de la Asociación de Medicina Forense de China, que consideró "ridículas e irresponsables" las conclusiones presentadas por sus compañeros sobre el caso de Ma Yue, y aseguró que en la muerte de Ma había aún muchas dudas por resolver.

Esas incógnitas que planteó la forense -que más tarde dimitiría cansada de los oscuros recovecos del sistema-, no fueron nunca investigadas, pero le dieron aliento a Meng para presentar dos denuncias distintas ante los juzgados, contra los servicios de Emergencias y el Buró de Seguridad Pública del distrito de Pekín. No obstante, hasta ahora las causas siguen congeladas.

"No hay justicia en China", sentencia hoy la valiente madre, quien no sólo busca conocer el desenlace de la vida de su hijo, sino también presionar a las autoridades para que aseguren las condiciones en el metro y que atiendan las quejas de la población de forma que su historia no vuelva a repetirse.

Pero, de momento, sí se repite, y no sólo en el caso de muertes en el metro de Pekín -según los datos oficiales, unas 30 este año, si bien otras fuentes apuntan que podrían ser el doble-.

Lo que se reproduce una y otra vez en China es precisamente la falta de un sistema judicial que funcione de manera independiente, que proporcione a ciudadanos como Meng un proceso que no esté plagado de irregularidades.

Y eso es lo que atemoriza ahora al Gobierno chino, según subrayan analistas, quienes auguran que Pekín anunciará importantes medidas en este sentido en el próximo gran encuentro del gobernante Partido Comunista.

"Esa falta de justicia a nivel local afecta gravemente a Pekín. Lleva a la gente a estar disconforme, a intentar pedir justicia por otras vías y, ante la falta de respuesta, a hacer mucho ruido. Eso puede tumbarles", explica un diplomático de Pekín en contacto con las autoridades, quien prefiere guardar el anonimato.

Según el analista, el régimen no dejará de controlar la justicia a alto nivel, pero no los casos menores.

"No quieren que los gobiernos locales interfieran en los juzgados locales. Quieren que haya autonomía suficiente en estas áreas", destaca el experto, quien, no obstante, subraya que la garantía de la Justicia aunque sea a nivel local es todo un desafío.

De momento, parece que el Gobierno se encamina hacia esa senda. Esta misma semana, después de anunciar la investigación formal por corrupción contra Zhou Yongkang, exministro de Seguridad Pública y uno de los hombres más poderosos de la era del expresidente Hu Jintao, el Gobierno también desveló el tema central de su próximo gran congreso: el imperio de la ley.

"Estamos atentos a lo que pase", señala Meng. A pesar de los golpes y los años, aún guarda esperanza.

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