El desencuentro PSOE-PSC en el Congreso reactiva un protocolo estancado

Cristina García Casado y Carles Escolà

Barcelona, 28 feb.- "¿Cuándo tendrá el PSC el nuevo protocolo de relaciones con el PSOE?" Esta pregunta no es nueva para Pere Navarro. Hace más de un año que la responde casi a diario porque fue su compromiso estrella como primer secretario: tener en unos meses el anhelado voto autónomo del PSC en el Congreso.

Pero el protocolo que siempre estaba "casi ultimado", anunciado en principio para el pasado verano, fue quedando congelado "sine die" sobre la mesa de Alfredo Pérez-Rubalcaba.

Primero se retrasó por las elecciones vascas y gallegas, después por las anticipadas en Cataluña, pero fue sobre todo el malestar del PSOE por que el PSC incluyera la consulta soberanista en su programa lo que, como admiten fuentes del partido catalán, parecía haber dinamitado la posibilidad de tener el texto listo a corto plazo.

Sin embargo, al final ha sido precisamente el desencuentro por el derecho a decidir lo que ha reactivado el protocolo, de tal modo que desde el PSOE han prometido algo que Navarro anhelaba oír desde hace un año: trabajarán rápido y desde el próximo lunes para tener el documento preparado cuanto antes.

"Rápido", esta es la palabra en la que hoy han coincidido la número 2 del PSOE, Elena Valenciano, y Navarro, quien ha asegurado, en declaraciones a Efe, que las direcciones de los dos partidos se reunirán "próximamente" para sellar un protocolo de relaciones en el Congreso que ahora urge a ambos, conjurados en resolver la histórica y sonora crisis de esta semana cuanto antes.

Navarro ya había sugerido, ante la incredulidad incluso de sus compañeros de filas que, si la "necesidad" de votar diferente del PSOE en el Congreso llegaba antes que el nuevo protocolo, el PSC se desmarcaría para ser coherente con lo que defiende en el Parlament.

Esto es lo que ocurrió el pasado martes en el Congreso, para sorpresa de casi todos: Navarro, que ha recibido duras críticas del sector más catalanista de su partido durante este año, ha sido el primer dirigente del PSC en 35 años que se ha atrevido a contradecir al PSOE en una votación en el Congreso.

Tras este choque entre ambos partidos, Rubalcaba y Navarro deberán encontrar un protocolo que satisfaga a ambos: El PSOE quiere que el PSC "no hable de España" sin consultarle y el PSC exige poder votar de manera autónoma en el Congreso cuando se trate de cuestiones catalanas en las que no se puedan poner de acuerdo.

Esta última es una condición vital para el PSC, consciente de que el resto de partidos catalanes pueden intentar desgastarle en el Congreso presentado iniciativas, como la del martes, que hurgan en sus conocidas discrepancias con el PSOE sobre el derecho a decidir.

El PSC, recuerdan desde el partido, "ya ha pagado muy caro" en el pasado sus contradicciones en el Congreso por seguir al PSOE, por lo que ahora Navarro tratará de hacer entender a Rubalcaba de que cualquier posibilidad de que el socialismo remonte a nivel estatal pasa por que el PSC remonte en Cataluña.