El etarra Joseba Arizmendi Oyarzabal fue condenado a 595 años por cinco asesinatos

    • Estaba recluido en Nanclares de Oca con su pareja Idoia López Riaño, 'La Tigresa', que cuenta con 23 asesinatos a su espalda.
    • Para lograr un acercamiento al País Vasco firmó el documento de renuncia a la violencia, y abandonó el frente de Makos.
El etarra Joseba Arizmendi Oiartzabal, expulsado de la banda
El etarra Joseba Arizmendi Oiartzabal, expulsado de la banda

El etarra José Arizmendi Oyarzabal saldrá de prisión tras derogarse la 'doctrina Parot', tras haber sido condenado a 595 años de prisión y 23 días por cinco asesinatos, entre otras acciones terroristas . El terrorista está recluido en Nanclares de Oca, en Asturias.

Allí estaba recluido con su esposa Idoia López Riaño, alias 'La Tigresa', que cuenta con 23 asesinatos a sus espaldas. Ambos firmaron el documento de renuncia a la violencia a cambio de ser encerrados en la misma prisión, poder compartir horas de patio y tener un vis a vis cada mes.El asesino del cabo primero Antonio Ramos Ramírez

Uno de los asesinatos que cometió Arizmendi fue el del cabo primero de la Guardia Civil, Antonio Ramos Ramírez. En torno a las 23:00 horas del día 8 de junio de 1986 lo ametralló en Mondragón (Guipúzcoa), junto con otros miembros de la banda terrorista ETA.

La víctima no estaba de servicio, ni vestía el uniforme reglamentario, por lo que los etarras debían de conocer bien sus hábitos tras someterle a un período de seguimiento y vigilancia.

El atentado se produjo en el barrio de San Andrés, en el momento en que Antonio Ramos se metía en su vehículo particular después de haber estado en un bar próximo. El guardia civil fue alcanzado en el corazón y el brazo izquierdo, quedando gravemente herido. Aunque fue trasladado de forma inmediata al centro asistencial de Mondragón por personal de la Cruz Roja, no pudo hacerse nada por su vida e ingresó cadáver.Mentira y desprecio en la muerte de Raúl Suárez

Durante un tiempo la banda terrorista ETA se erigió en árbitro moral del País Vasco, así que además de matar a inocentes se dedicaron a ensuciar los nombres de sus víctimas con acusaciones de narcotráfico y similares. En la torcida mente de los etarras, el tráfico de droga en Euskadi era una estrategia del Estado Español para corromper a la juventud vasca. Delirante.

En ese marco de estupidez, el 8 de junio de 1991 la banda terrorista ETA asesinaba a tiros en Rentería (Guipúzcoa) a Raúl Suárez Fernández, de sólo 24 años. En el momento cercano a la medianoche en el que le arrebataron la vida, Raúl paseaba a su perro por el paseo Iztieta de la localidad.

El sadismo del crimen se concreta en los numerosos disparos que efecturaron contra el joven, y en el hecho de que los etarras se ensañaron, además, con el perro, al que mataron también a tiros.

Lejos de dejar descansar a los muertos, los dirigentes de ETA esperaron al 28 de junio para reivindicar el asesinato en Egin, con un comunicado en el que vinculaban al fallecido con el tráfico de drogas.

Como autores de los disparos que acabaron con la vida de Raúl fueron condenados a 30 años de cárcel los etarras José Ignacio Echevaría Pascual y José Arizmendi Oyarzábal.

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