El Gobierno cántabro pide a Sniace que no cierre puertas y retome el diálogo

  • El presidente de Cantabria, Ignacio Diego, va a pedir a la dirección de Sniace que se siente de nuevo con el Gobierno para buscar la forma de "no cerrar todas las puertas" y retomar las negociaciones con los sindicatos, que piensan que el cierre es aún "reversible" y no "arrojan la toalla".

Santander, 25 sep.- El presidente de Cantabria, Ignacio Diego, va a pedir a la dirección de Sniace que se siente de nuevo con el Gobierno para buscar la forma de "no cerrar todas las puertas" y retomar las negociaciones con los sindicatos, que piensan que el cierre es aún "reversible" y no "arrojan la toalla".

En declaraciones a los periodistas después de reunirse con los representantes de los trabajadores, el presidente cántabro ha reconocido que no tiene confianza en que la empresa atienda esta petición, "ninguna", según ha confesado.

Pero ha recalcado que no por eso va a dejar de hacer lo que le han solicitado hoy los trabajadores, que es mediar de nuevo para que la compañía reconsidere su decisión de despedir prácticamente a toda la plantilla.

Aunque Sniace ya ha empezado a notificar los primeros despidos, tanto Diego como el secretario del comité de empresa, Antonio Pérez Portilla, han apostado por intentar reconducir las negociaciones.

El margen temporal es de veinte días, el plazo que tienen los empleados para recurrir los despidos una vez notificados, un tiempo en el que, según ha comentado Pérez Portilla, el comité va a seguir "peleando" por la reapertura de la fábrica.

Para ello, el comité de empresa ha trasladado al presidente cántabro varias peticiones.

Lo más inmediato que han planteado a Diego es que exija a la empresa que se reúna con el Gobierno y explique su posición.

Para el secretario del comité de empresa, es una "absoluta falta de respeto" que la dirección haya declinado participar en la reunión de hoy, cuando el Gobierno ha sido partícipe en este tiempo de parte de las negociaciones y ha hecho esfuerzos para atender sus reivindicaciones.

Si el problema es que la dirección no quiere sentarse con los trabajadores, Pérez Portilla piensa que al menos debe hacerlo con el Gobierno.

Junto a esto, los representantes de los trabajadores también han pedido al Gobierno que haga ver a la empresa la situación en la que pueden quedar los trabajadores que optaban a las prejubilaciones, que no tendrían posibilidad de acogerse a ellas si se supera un plazo de cuatro meses.

Y además quieren que traslade a la dirección la necesidad de que la compañía aporte dinero para esas prejubilaciones porque, de otro modo, no podrían realizarse, una advertencia que ha refrendado Diego.

El presidente ha explicado que la posibilidad de conseguir recursos del Estado para las prejubilaciones está condicionada a la continuidad de la actividad porque se trata de una fórmula "singular" que sólo se aplica a empresas que presentan planes de reestructuración, y no se puede aprobar en caso de cierre.

Ha hecho hincapié en que son ayudas complementarias a la aportación que debe hacer la propia empresa que, a su juicio, ha intentando "forzar" a los trabajadores para que firmaran unas prejubilaciones en las que "no pensaba poner un euro" y, así, eran imposibles de realizar.

Diego ha lamentado que la empresa "no ha jugado limpio" en la negociación y ha estado "engañando" a los trabajadores en todo el proceso.

Pese a ello, atendiendo la petición sindical, solicitará que se retomen las negociaciones y, a preguntas de los periodistas, ha admitido que el Gobierno tiene medidas de presión que, llegado el caso, aplicará "sin ninguna duda".

Diego no ha precisado cuáles son esas medidas de presión, pero Pérez Portilla sí que ha señalado algunos de los intereses que todavía están en juego, como los terrenos de la factoría.

Por eso, la petición que hacen al Gobierno a medio plazo es que intervenga en el concurso de acreedores, si sigue adelante. También los trabajadores estarán "peleando" en el concurso de acreedores, si llega a aprobarse.

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