El Gobierno chileno condena robos a periodistas que investigan la dictadura

Santiago de Chile, 19 dic.- El Gobierno chileno condenó hoy los robos que han sufrido durante los últimos días cinco periodistas que investigan en el país la represión durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

"Como Gobierno, condenamos enérgicamente los actos de delincuencia que han afectado a corresponsales de prensa en nuestro país", dijo la portavoz del Ejecutivo, Cecilia Pérez, en un comunicado.

La portavoz y el ministro del Interior, Andrés Chadwick, han contactado con los afectados y se han establecido medidas de apoyo para que los periodistas puedan desempeñar su trabajo "con mayor tranquilidad y seguridad", dice el texto del Gobierno chileno.

Mauricio Weibel, corresponsal de la agencia alemana DPA y presidente de la Asociación de Corresponsales de la Prensa Extranjera, denunció este martes ante la Justicia haber sido víctima de amedrentamiento y robo.

Weibel, quien publicó hace poco el libro "Asociación Ilícita, los Archivos Secretos de la Dictadura" junto al también periodista Carlos Dorat, denunció tres robos sucesivos en su casa en los últimos días, en los que le fueron sustraídos materiales para una segunda parte del libro.

El profesional aseguró que otros cuatro compañeros de profesión también han sufrido situaciones similares en las últimas semanas.

Ellos son Javier Rebolledo, autor del libro "La danza de los cuervos"; Carlos Dorat, coautor del libro de Weibel; Juan Cristóbal Peña, que escribió capítulos de la serie "Los archivos del cardenal", y Pascale Bonnefoy, corresponsal de The New York Times.

En el recurso judicial presentado este martes por Weibel, se pide al tribunal que ordene informes sobre los hechos a las instituciones policiales, al Ministerio Público, a la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI), y a la Dirección de Inteligencia Nacional del Ejército (DINE).

La portavoz del Gobierno dijo hoy que espera que los tribunales "actúen para que estos delincuentes enfrenten la justicia", y destacó que los profesionales de la prensa "deben poder realizar su trabajo con normalidad".