El gobierno da por hecho que la reforma constitucional se aprobará definitivamente sin más respaldo que psoe y pp


El Gobierno da por hecho que la reforma de la Constitución para incluir el principio de estabilidad presupuestaria se aprobará definitivamente tras su paso por el Senado sin más respaldo que el obtenido en el Congreso de los Diputados, el de los dos grandes partidos que presentaron la propuesta, PSOE y PP.
Así lo trasladó el portavoz del Gobierno, José Blanco, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros, este viernes especialmente breve porque se celebró en el Congreso de los Diputados antes del debate de la reforma de la Constitución, que fue aprobada y enviada al Senado con el apoyo del PSOE y el PP tras una polémica votación con ausencias y denuncias de ruptura del pacto constitucional por parte de los grupos minoritarios.
Blanco insistió en que el acuerdo “es y será positivo” para España porque la inclusión en la Constitución del principio de estabilidad es “una doble garantía”, a los ciudadanos para asegurarles el estado del bienestar mediante el saneamiento de las cuentas públicas, y a los inversores porque refuerza la solvencia de la economía española para afrontar sus obligaciones “a largo plazo”.
La reforma, insistió, parte de la necesidad de “protegernos” de turbulencias financieras como las del mes de agosto, que han obligado a muchos países a tomar medidas “excepcionales y urgentes para evitar graves riesgos a nuestras economías”, y que deben estar vigentes “lo más rápidamente posible porque los próximos meses pueden ser difíciles”. Cuando la reforma se analice “con perspectiva histórica”, aseguró Blanco, “se verá lo acertado de la decisión”.
Blanco insistió en que se ha buscado el acercamiento a otros grupos para ampliar el consenso inicial y “no ha sido posible” después de que las transaccionales presentadas a tres enmiendas de CiU fueran vetadas por el diputado de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares.
En todo caso, la aceptación de esas transaccionales no hubieran supuesto necesariamente el respaldo de CiU a la reforma, tan sólo hubieran permitido “matizar” el sentido de su voto.
Con las demás enmiendas había “diferencias sustanciales” porque su contenido “se alejaba del sentido” de la reforma e incluso del propio espíritu constitucional, por ejemplo las que pretendían incluir el reconocimiento del derecho de autodeterminación o el concierto económico para Cataluña.
“Eso sí que nos hubiera alejado del espíritu constitucional”, aseguró Blanco, negando que la ausencia de un mayor consenso debilite la Carta Magna o suponga exclusión de algunos grupos de lo que fue ese pacto democrático.
Una vez frustrado el acuerdo en el Congreso, el Gobierno prácticamente descarta que pueda volver a intentarse en el Senado porque eso dilataría los plazos de aprobación y “prolongar la entrada en vigor” de la reforma “va en contra de la determinación y la celeridad” necesarias para que sea efectiva.
Blanco reconoció que al Gobierno le hubiera gustado un apoyo “más amplio” y un debate “más sereno” y también “más entrado en razones y menos pensando en temas electorales”, y denunció en ese sentido que algunos argumentos esgrimidos por los portavoces parlamentarios “no se sostienen”, como que la reforma sea “ideológicamente de derechas”.
En contra de esa tesis, recordó que el principio de estabilidad presupuestaria lo introdujeron los socialdemócratas suecos en su ideario en los años treinta, sobre la base de que “el endeudamiento excesivo no es de derechas ni de izquierdas, sino irresponsable”, porque todo lo que se destine a pagar deuda no se puede dedicar a otras políticas y se acaban poniendo en riesgo las prestaciones públicas.
De hecho, aseguró, se puede comprobar cómo los países que antes aplicaron ese principio a su gestión son los que tienen ahora un estado del bienestar “más avanzado y más garantizado”.
Además, Blanco aseguró que alguno de los grupos que ha denunciado ruptura del pacto constitucional ya alertó de lo mismo años atrás, y recordó en concreto unas declaraciones en ese sentido del entonces sectreario general del Partido Comunista, Francisco Frutos.
Con esta negociación, concluyó Blanco, el Parlamento ha demostrado “que la democracia está viva, es real” y puede hacer diferentes puntos de vista pero también “aproximaciones y ámbitos para el acuerdo”, aunque finalmente no haya sido posible.

Mostrar comentarios