El guardia civil que ordena el tráfico en Brasil: "Vehículos, personas y animales utilizan aquí las mismas vías"

En Brasil mueren 60.000 personas al año en accidentes de tráfico. O, lo que es lo mismo, el país cuenta con una tasa anual de 280 fallecidos por millón de habitantes. La cifra es estremecedora si la comparamos con España, donde hay 38 muertos por cada millón de personas. Y más aún si tenemos en cuenta que el número de vehículos por habitantees mucho mayor en nuestro país, que dispone de 40 millones de coches, por los 80 millones que tiene Brasil para una población que supera los 200 millones de ciudadanos.Para mejorar sus cifras, el país latinoamericano recurrió a la Dirección General de Tráfico de España, que no dudó en enviar a uno de los mayores expertos que tiene en esta materia, el teniente coronel de la Guardia Civil Javier Molano, que se trasladó a Brasil durante la celebración del Mundial del Fútbol con el fin de observar, tomar nota y sacar conclusiones que les ayuden a reducir los siniestros por carretera.No es extraño que los brasileños hayan llamado a la puerta del Ministerio del Interior español para dar un impulso a su seguridad vial. No en vano España se encuentra a la cabeza del mundo en esta materia, únicamente por detrás de Dinamarca, Suecia, Reino Unido y Holanda, según cuenta a Seguridad y Tribunales el propio teniente coronel, que no deja escapar la oportunidad de resaltar que ese quinto puesto en el ránking de los países más seguros por carretera tiene más mérito todavía, pues el índice no cuenta que España recibe mucho más turismo que los cinco estados que le preceden, lo que sin duda incrementa el tráfico por carretera y, por lo tanto, el riesgo de siniestralidad.Molano, que pasó el mes de julio en contacto directo y continuo con la Policía Rodoviaria, responsable de controlar el tráfico en Brasil, asegura que allí el problema de aquel país no solo es material (estado de las carreteras, antigüedad de los vehículos, etc.), sino también cultural, de educación de los conductores y concienciación.Brasil, afirma, ha invertido mucho en los últimos años en carreteras, ha mejorado su estado, ha duplicado los carriles –"ahora son similares a una autovía"–; sin embargo, siempre han ido ampliando y mejorando las mías vías que ya existían. No han hecho rutas alternativas. Esto, continúa el guardia civil, ha provocado que haya "carreteras más seguras teóricamente, que permiten ir más deprisa, pero en las que en la práctica conviven vehículos, personas y animales, lo que las hace especialmente peligrosas". "No han trazado vías distintas para estos otros utilitarios", añade.Cambio de raízMolano admite que su estancia durante el Mundial de Fútbol le ha ayudado a detectar muchas deficiencias, pero que su trabajo no ha hecho más que empezar, ya que ahora comienza una labor de asesoramiento a la Policía Rodoviaria que se alargará durante muchos meses. Sin embargo, se muestra muy entusiamado, ya que reconoce que cualquier mejora que se implemente hoy en Brasil reducirá considerablemente el número de víctimas."Hay que hacer un estudio global de cómo está la situación y abordar las claves desde todas las perspectivas", asegura. Es necesario que "la administración defina cuales son los requisitos mínimos que ha de cumplir un vehículo para poder circular", afirma Molano, quien cree que lo primero que hay que hacer en Brasil es implantar una Dirección General de Tráfico como la que hay en España, ya que es la institución que centraliza todo lo que tiene que ver con la circulación y da solución a los problemas, tanto desde el punto de vista material como cultural y comunicativo.Brasil, que cuenta cada día con más vehículos debido a la buena marcha de la economía, está encantada del asesoramiento que recibe por parte de la Guardia Civil, considerada por ellos como un referente mundial en el control del tráfico. De hecho, la DGT española ya mantiene contactos fluidos con países como Portugal, El Salvador o Mozambique, a los que asesora también en materia de circulación."Al final, todo lo que hacemos es es para salvar vidas y evitar desgracias, y no hay mayor satisfacción que ver que, efectivamente, estamos ayudando a un país y que empiezan a bajar las cifras de fallecidos", sentencia el teniente coronel Molano.

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