El Líbano forma un Gobierno de unidad tras diez meses de bloqueo

  • Después de más de diez meses de esfuerzos infructuosos, el primer ministro libanés, Tamam Salam, logró formar hoy un Gobierno de unidad nacional para tratar de sacar al país de la actual crisis de seguridad y polarización social, agravada por la guerra en la vecina Siria.

Kathy Seleme

Beirut, 15 feb.- Después de más de diez meses de esfuerzos infructuosos, el primer ministro libanés, Tamam Salam, logró formar hoy un Gobierno de unidad nacional para tratar de sacar al país de la actual crisis de seguridad y polarización social, agravada por la guerra en la vecina Siria.

Salam, que fue designado por consenso el pasado abril, pero que debido a las divergencias entre las fuerzas políticas no había conseguido constituir hasta ahora el gabinete, destacó que el objetivo es reanudar el diálogo nacional.

En un breve discurso, este político moderado afirmó que el Ejecutivo se aleja del "sectarismo religioso", algo fundamental en un momento de frecuentes enfrentamientos entre suníes y chiíes y de atentados terroristas.

El nuevo Ejecutivo, integrado por 24 ministros, engloba por igual a representantes de las dos coaliciones políticas rivales: las Fuerzas del 8 de Marzo, lideradas por el grupo chií Hizbulá, y las Fuerzas del 14 de Marzo, encabezadas por el ex primer ministro Saad Hariri.

Cada una de estas alianzas se adjudicaron ocho carteras, y las otras ocho fueron a parar a los considerados como centristas o neutros, partidarios del presidente Michel Suleiman, de Salam y del jefe druso Walid Yumblat.

Sólo ha quedado excluido el partido Fuerzas Libanesas de Samir Geagea, que rechazó entrar en un gabinete con miembros de Hizbulá mientras el grupo chií mantenga a sus combatientes en Siria, donde luchan junto a las tropas del régimen de Damasco.

La formación del Gobierno necesitó arduas negociaciones debido a que en un principio las Fuerzas del 14 de Marzo se negaban a formar gobierno con Hizbulá si no se retiraba de Siria, y las del 8 de Marzo exigían tener derecho a veto y ser mayoritarias en el nuevo gabinete.

De hecho, Salam señaló que el Ejecutivo nació gracias a "las concesiones de las fuerzas políticas", que tuvieron que rebajar sus demandas.

Ante las divisiones, el importante Ministerio de Defensa quedó en manos de un acólito del presidente, Samir Muqdel, un ingeniero civil que ocupó la cartera del Medio Ambiente entre 1992 y 1995 y fue nombrado en junio de 2011 viceprimer ministro del gobierno de Nayib Mikati.

La única mujer que integra el gabinete, la jueza Alice Chabtini, forma parte también de los ministros designados por el presidente Suleiman.

Nueve de los ministros ocupan por primera vez una cartera, entre ellos el ministro del Interior, Nuhad Mashnuq, un periodista de 59 años y diputado de Beirut por la Corriente del Futuro -de Hariri- desde 2009.

A la coalición del 14 de Marzo pertenecen otros ministros como el de Información, Ramzi Joreij; el de Economía, Alain Hakim, y el de Justicia, Ashraf Rifi, que era jefe de la Policía y cuya candidatura a Interior fue vetada por Hizbulá.

Por otro lado, Hizbulá está representado, entre otros, en el Ministerio de Industria con Husein Haj Hasan, que ocupaba la cartera de Agricultura en el anterior gobierno de Mikati.

El otro partido chií, Amal, presidido por el jefe del Parlamento Nabih Berri y dentro de las Fuerzas del 8 de Marzo, obtuvo la cartera de Finanzas, cargo para el que designó a Ali Hasan Jalil.

También a esta coalición, del grupo Corriente Patriótica Libre, pertenece el ministro de Exteriores, Yebran Basil, de 44 años e ingeniero civil, para el que su suegro -el ex jefe de Gobierno Michel Aun- exigía una cartera antes de dar su aprobación al gabinete.

El retraso de diez meses en la constitución del Ejecutivo, que ha batido incluso una marca en un país habituado a las demoras de esta índole, ha fomentado la situación de inestabilidad que atraviesa el país desde el inicio de la crisis siria en 2011.

Entre los retos de Salam, considerado un hombre de consenso e independiente, está que la actual brecha entre los partidarios del régimen sirio -Hizbulá- y sus detractores -las Fuerzas del 14 de Marzo- no derive en un conflicto interno.

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