¿Hay más corrupción en España que en Polonia? ¿O que en Botswana? ¿O que en Brunei? Las preguntas son procedentes porque el Índice de Percepción de la Corrupción que elabora la ONG Transparencia Internacional sitúa a España en peor posición que estos países.
"Es posible que no sea así", aventura Manuel Villoria, catedrático de la Universidad Rey Juan Carlos y miembro de Transparencia Internacional, "pero mientras en Polonia ha habido 3.000 sentencias contra casos de corrupción, en España no llegan a un centenar".
"La sensación", concluye Villoria, "es que la corrupción no se persigue suficientemente".
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El último Índice de Corrupción que anualmente publica Transparencia Internacional ha reflejado un fuerte empeoramiento de la percepción internacional sobre la magnitud de este problema en España, hasta el punto de que ha caído a niveles del año 1997.
En un mundo en el que no hay indicadores oficiales sobre niveles de corrupción, el índice que elabora Transparencia Internacional es el principal referente sobre el particular porque se elabora a nivel global, porque agrega los datos obtenidos en decenas de encuestas nacionales y porque recoge las opiniones de expertos en la materia y directivos de empresa, personalidades de cierta influencia en sus sociedades.
"Lo que indica es que en todo el mundo se ve a España como un país que se desliza por la pendiente de la corrupción", remata Manuel Villoria.Un Pacto Nacional para salvar la 'Marca España'
En unos tiempos en que se ha puesto tan de moda la protección de la Marca España, el Índice de Percepción de la Corrupción puede tener efectos muy negativos ya no sólo sobre la imagen de España sino sobre su prestigio a nivel internacional.
Transparencia Internacional propone un gran Pacto Nacional contra la Corrupción para evitar que la imagen de España continúe esta senda de deterioro y se desplome a niveles de países con regímenes no democráticos como Cuba.
En opinión de la ONG, España se está viendo especialmente penalizada por una sucesión de escándalos que, además, han afectado al corazón mismo de las instituciones: el partido en el Gobierno, las centrales sindicales, el Poder Judicial, Casa Real...
"Hemos perdido quince años en materia de lucha contra la corrupción", aseguran desde Transparencia Internacional. "No es que no se haya hecho nada, pero se ha hecho mucho a medias".
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La organización subraya que la creación de la Fiscalía Anticorrupción o de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) han supuesto pasos adelante, que después se han visto empañados porque no se ha reforzado la independencia del poder judicial, porque se han determinado ceses de manera arbitraria en esas unidades o porque otros instrumentos como la Ley de Financiación de Partidos Políticos no se ha dotado de los instrumentos necesarios para que funcione.
"Los instrumentos de lucha contra la corrupción no han funcionado", sentencia la organización.
La conclusión la pone Jesús Sánchez Lambás, vicepresidente de la Fundación Ortega y Gasset-Marañón. "Los gestores deben ser ejemplares porque si es así la sociedad les sigue y este principio está fallando en España".
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