El niño secuestrado relata entre lágrimas las amenazas físicas que sufrió

  • El niño que estuvo secuestrado en Barcelona para pagar una deuda de su padre, condenado por narcotráfico, ha roto a llorar mientras relataba el calvario de su cautiverio, durante el que le amenazaron con cortarle la lengua y le drogaron con fármacos que lo mantenían adormecido.

Barcelona, 28 abr.- El niño que estuvo secuestrado en Barcelona para pagar una deuda de su padre, condenado por narcotráfico, ha roto a llorar mientras relataba el calvario de su cautiverio, durante el que le amenazaron con cortarle la lengua y le drogaron con fármacos que lo mantenían adormecido.

En la sección quinta de la Audiencia de Barcelona se ha reanudado hoy el juicio contra siete personas acusadas de secuestrar al hijo de un narcotraficante con el propósito de lograr que pagara una deuda que tenía contraída con unos proveedores de droga.

El niño, de once años, permaneció durante dos días en manos de sus captores, sedado con narcóticos, hasta que los Mossos d'Esquadra lograron liberarlo el 27 de septiembre de 2012, tras irrumpir en un piso de Barcelona donde estuvo cautivo.

El menor, que ha roto a llorar durante su interrogatorio, ha declarado hoy por videoconferencia para evitar su confrontación visual con los acusados, que han podido seguir su testimonio a través de las imágenes proyectadas por las pantallas de televisión de la sala donde se celebra el juicio.

El niño, que tiene 13 años, ha contado que los secuestradores lo metieron en el maletero de un coche, sujetándole brazos y piernas con bridas, y lo llevaron a un piso de Barcelona en el que permaneció dos días sobre una cama, en una pequeña habitación, sin luz natural y con la ventana cerrada.

Durante su estancia, el menor ha explicado que le obligaron a ingerir pastillas y le inyectaron líquidos con una jeringuilla que le dejaban adormecido durante casi todo el día.

También ha declarado hoy la madre del menor, que ha explicado que fue engañada por la acusada Marta G. porque esta se había comprometido a arreglarle la documentación para conseguir la nacionalidad española, por lo que quedaron en encontrarse en un descampado de la comarca barcelonesa del Baix Llobregat.

Ha detallado que una vez allí, aparecieron cuatro hombres encapuchados, con los rostros tapados con medias negras, que tras encañonar a la madre sacaron al niño del coche y se lo llevaron en el maletero de un automóvil.

Según el relato de la mujer, una de los secuestradores le dijo que el rapto obedecía a una deuda de cinco millones de euros que el padre del niño tenía contraída en Colombia y le exigió que en unos días le entregara el dinero, bajo la amenaza de matar al menor si no lo hacía.

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