Manila.- El Parlamento de Filipinas declaró hoy próximo jefe del Estado a Benigno Aquino, hijo del principal mártir de la dictadura de Ferdinand Marcos y de la ex presidenta Corazón Cojuangco de Aquino.
Aquino, de 50 años, ganó las elecciones presidenciales del 10 de mayo con el 42 por ciento de los votos válidos emitidos, el equivalente a unos 15,2 millones de papeletas.
La sesión conjunta de ambas cámaras del Legislativo también designó como vicepresidente del país a Jejomar Binay, ex alcalde de Makati, el distrito financiero de Manila, quien superó con unos 730.000 votos al compañero de candidatura de Aquino, el senador Mar Roxas.
El próximo presidente de Filipinas anunció en una rueda de prensa a la salida de la ceremonia parlamentaria que comenzará su mandato único de seis años con el objetivo principal de controlar el déficit público y el desempleo.
Aquino volvió a prometer a los filipinos, como hizo durante toda la campaña electora, que no aprobará nuevas subidas de impuestos para sanear las arcas del Estado.
"No, más tasas serán la última solución cuando lo hayamos intentado todo", aseguró el dirigente a los periodistas.
La deuda pública de la Administración en el primer trimestre del año llegó a los 134.200 millones de pesos (2.872 millones de dólares o 2.400 millones de euros), un 23,2 por ciento más de lo previsto para ese periodo y algo menos de la mitad de los 293.800 millones de pesos (6.287 millones de dólares o 5.253 millones de euros) calculados para todo el año.
El futuro mandatario, que será investido el 30 de junio, apuntó que primero tendrán que averiguar el auténtico alcance del déficit y hacer un inventario de los problemas heredados, para después poder aplicar el remedio adecuado.
Durante la campaña, Aquino prometió combatir la corrupción y perseguir a los evasores de impuestos y los contrabandistas para contener la sangría de las arcas estatales.
La agricultura formará uno de los pilares de su política económica, un sector en el que impulsará la construcción de infraestructuras, como sistemas de regadío, y seguridad alimentaria, según detalló hoy el próximo presidente de Filipinas.
Otra de las decisiones que acometerá inmediatamente tras la investidura será reemplazar al jefe de las Fuerzas Armadas, Delfin Bangit, cuyo nombramiento aprobó la presidenta saliente, Gloria Macapagal Arroyo, hace unos días.
Bangit es un firme aliado de Macapagal Arroyo y se convertirá en unas semanas en el primer jefe de las Fuerzas Armadas filipinas que es destituido por el jefe del Estado.
Aquino, soltero, miope y fumador empedernido, recibió la confirmación de su victoria vestido con un barong -traje de etiqueta tradicional filipino- que llevaba un lazo de luto por su madre, Corazón, fallecida el pasado agosto de un cáncer.
En las tribunas se encontraban sus cuatro hermanas: María Elena (Ballsy), Aurora Corazón (Pinky), Victoria Eliza (Viel), y la popular actriz y presentador Kristina Bernadette (Kris), quien le convenció para presentarse a la presidencia y se volcó en su campaña electoral.
El único hijo de Corazón Cojuanco y de Ninoy Aquino, líder opositor a Ferdinand Marcos y cuyo asesinato en 1983 propició la caída de la dictadura y llegada a la jefatura del Estado de su esposa tres años más tarde, destacó en los sondeos de intención de voto desde el primer día y conservó el liderazgo hasta el final.
El ex presidente Joseph Estrada (1998-2001), cuyo compañero electoral es Binay, acabó en segundo lugar, con unos 5 millones de votos menos.
La única promesa que Aquino no ha podido hacerle al pueblo filipino es dejar de fumar.
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