El Parlamento francés aprueba internar en cuarteles a menores delincuentes

  • El Parlamento francés aprobó hoy la propuesta gubernamental para internar en cuarteles militares a menores delincuentes, que ya hayan cumplido los 16 años, como sanción por los delitos cometidos.

París, 15 dic.- El Parlamento francés aprobó hoy la propuesta gubernamental para internar en cuarteles militares a menores delincuentes, que ya hayan cumplido los 16 años, como sanción por los delitos cometidos.

El texto, planteado por el diputado conservador Eric Ciotti, establece que dichos menores realicen a partir del próximo febrero un "servicio civil" de entre seis y 12 meses en el seno de un Establecimiento Público de Inserción de la Defensa.

En esos centros, destinados en la actualidad a jóvenes de entre 16 y 25 años con retraso escolar o sin cualificación profesional ni empleo, los muchachos estarían sometidos a una disciplina militar por parte de un grupo de especialistas que en muchos casos son profesionales de la defensa retirados.

Los delincuentes internados en ellos, según la proposición de ley, podrán recibir además formación académica o profesional, y en algunos casos optar a un trabajo de interés general remunerado.

El ministro de Justicia, Michel Mercier, destacó hoy en la Asamblea Nacional que con esta medida se busca no solo reforzar la eficacia de la ejecución de las penas, sino ayudar a esos jóvenes a tomar conciencia de los delitos perpetrados.

Doce centros acogerán a partir de febrero a esos menores y se espera que en junio estén disponibles otros tres, en los que el personal recibirá información y medios adaptados al tratamiento de esos jóvenes, que según Mercier permanecerán en ellos una media de diez meses.

Para Ciotti este proyecto busca "una nueva vía entre la calle y la prisión" y transmitir a ese colectivo "nociones un poco olvidadas, como la ciudadanía, el respeto del reglamento comunitario y de la autoridad, el sentido del esfuerzo y la recompensa del mérito".

La oposición, en cambio, denuncia que se trata de una ley "superflua", y como tal, el Senado, de mayoría de izquierdas, la rechazó cuando fue sometida a votación en esa cámara, pero es la Asamblea la que tiene la última palabra.

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