El posible adelanto andaluz precipita los ritmos de Podemos

    • Si los comicios se celebran el 22 de marzo, el partido tendrá apenas un mes para elegir a su candidato, diseñar el programa y organizar su campaña.
    • Las encuestas amortiguan el "efecto Podemos" en Andalucía y dan la victoria a Susana Díaz. Los posibles pactos se presentan indefinidos.
La eurodiputada de Podemos y candidata a la secretaria andaluza, Teresa Rodríguez
La eurodiputada de Podemos y candidata a la secretaria andaluza, Teresa Rodríguez

En la lista de pros y contras en la que Susana Díaz medita el más que probable adelanto de comicios andaluz, Podemos ha ocupado un papel relevante. La formación de Pablo Iglesias, que vive en pleno auge electoral confirmado por los sondeos, se ha colocado como el enemigo a batir para el bipartidismo y de ello no escapa tampoco el gobierno de Díaz. Aunque la lectura ofrezca un doble cariz: de producirse el anticipio, la presidenta andaluza se aprovecharía de que el partido emergente no tiene aún estructura en la comunidad, ni tampoco líder autonómico.

Podemos ha celebrado sus primarias locales y cuenta ya con sus secretarios generales por municipios-el sector de Iglesias domina en las capitales de provincia, salvo en Málaga-pero está inmerso en una organización regional que, según el calendario previsto por la formación, debería cerrarse el 14 de febrero con la designación de sus 17 "barones" autonómicos.

Así las cosas, la fecha del 22 de marzo, la prevista para celebrarse esas elecciones, podría resultar demasiado apresurada para el nuevo partido que, en menos de un mes, se vería obligado a definir su estructura andaluza, designar a sus cargos internos, perfilar su programa autonómico-el nacional no está tampoco concluido-y montar toda una campaña electoral para competir en las mejores condiciones.

Anticipar esos comicios podría suponer una posición de salida ventajosa para los partidos que tradicionalmente se han jugado el arco parlamentario andaluz. Pero presenta también su contra. De hacerlo, la comunidad sería la primera en testar el torbellino de una fuerza que, a día de hoy, amenaza con llevarse a cualquier rival por delante o, al menos, impactar con contundencia en sus registros electorales.

Algunos analistas sostienen que el partido de Podemos no necesita siquiera una estructura fuerte para presentarse con posibilidades de éxito. Lo avala el enorme impacto que tiene a nivel nacional, y que repercutirá en todas las dimensiones territoriales.

Por contra, retrasar las elecciones y mantenerlas en la fecha prevista, en 2016, tiene también una doble interpretación: el partido de Iglesias llevaría ya varios meses de rodaje en parlamentos autonómicos y ayuntamientos. Tiempo en el que podría haberse desgastado. O no.

En cualquier caso, la idiosincrasia electoral andaluza añade una particularidad. Podemos competirá en una comunidad con partidos muy establecidos y con un PSOE no tan cuestionado como a nivel nacional.

Los sondeos confirman que el auge de la formación de Iglesias podría quedar en esta región amortiguado: el último, del Instituto Invimark para La Sexta, coloca a los socialistas como primera fuerza con el 39'6% de apoyos, diez puntos por encima del PP. Podemos se situaría en tercer lugar, con el 15'2% de los sufragios. IULV-CA, socio del PSOE en la Junta, pasaría a ser la cuarta fuerza política en la comunidad con el 8,7 por ciento de los votos. En valoración de líderes, Susana Díaz es la única candidata que aprueba (5'02), por encima de Teresa Rodríguez, de Podemos, con un 3'5. Otras encuestas, como la realizada el mes pasado por el grupo Joly, habían anticipado también la victoria socialista, con un 30'9% de votos. El PP alcanzaría un 24'9% de sufragios y Podemos, el 17'4%. En cuarto lugar, también, IU, con un 12,8% de los apoyos.

Los resultados avanzan un escenario de pactos. Podemos presentará como candidata en Andalucía, con toda probabilidad, a Teresa Rodríguez. La eurodiputada, afin al sector de Pablo Echenique y vinculada a Izquierda Anticapitalista, concurrirá en una candidatura unitaria, después de que su secretario general, Pablo Iglesias, le insistiese para incluir en ella a Sergio Pascual, secretario de organización de la formación, en vistas a evitar las discrepancias internas manifestadas en el proceso municipalista.

Avalada por el líder, Rodríguez será elegida sin aparentes complicaciones como secretaria general andaluza- hasta el momento sólo se ha presentado un "rival", la candidatura Andalucía desde Abajo-y, con toda probabilidad también, como candidata a la presidencia de la Junta. Para ello, no obstante, deberá ser designada en un nuevo proceso de primarias.

Rodríguez ha tenido que enfrentar ya su primera polémica, "capeando" el temporal que desataron las declaraciones de la secretaria de Podemos en Sevilla, Begoña Gutiérrez, en la que se planteaba la celebración de un referéndum para decidir la continuidad de la Semana Santa. La candidata autonómica tuvo que salir al paso asegurando que esa consulta no estaba prevista en los planes del partido. "La supuesta polémica de la Semana Santa es un Pisuerga en el que todo el mundo se ha puesto a pescar", zanjó.

La fragmentación del arco parlamentario que supondrá la irrupción de Podemos avanza también un complejo escenario de pactos. Entre los socialistas andaluces sólo se barajaría un pacto con IU, que habrá, no obstante, de dotarse de una confianza muy desgastada tras dos años como socios. Pero la reedición de ese acuerdo no está tan clara por parte de la coalición de izquierda, disgustada con la convocatoria anticipada de las elecciones y con los planes de Díaz para gobernar en solitario en el tiempo que resta hasta las autonómicas. El adelanto cuestionará también la continuidad del pacto en una veintena de ayuntamientos.

Podemos tampoco da mucho margen de maniobra. Más rotundo en la negativa a pactar con IU que con el PSOE, los acuerdos se antojan complicados. Si, pese a las declaraciones iniciales, Díaz optase por ligar su gobierno a Podemos, añadiría un nuevo desafío a Pedro Sánchez, siempre muy crítico con el "populismo" de Iglesias y también incertidumbre a futuros acuerdos electorales. ¿Un gobierno tripartido PSOE-IU-Podemos? Fuentes socialistas lo descartan. Si ahora, la propia Díaz cuestiona la "estabilidad" del gobierno andaluz, "¿qué estabilidad tendría un gobierno tripartito?" Entre tanto, los populares andaluces aspiran a lanzar al PSOE a un acuerdo contra Podemos.

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