El presidente chileno, contrario juzgar el pasado pues "se puede perder el futuro"

  • Madrid.- El presidente de Chile, Sebastián Piñera, explica, en una entrevista publicada hoy en Madrid, que es partidario de avanzar en la búsqueda de la justicia, pero subraya que "eso es tarea de los tribunales" y, cuando un Gobierno se dedica a juzgar el pasado, "el único que pierde es el futuro".

El presidente chileno, contrario juzgar el pasado pues "se puede perder el futuro"
El presidente chileno, contrario juzgar el pasado pues "se puede perder el futuro"

Madrid.- El presidente de Chile, Sebastián Piñera, explica, en una entrevista publicada hoy en Madrid, que es partidario de avanzar en la búsqueda de la justicia, pero subraya que "eso es tarea de los tribunales" y, cuando un Gobierno se dedica a juzgar el pasado, "el único que pierde es el futuro".

"Un país no puede quedar atrapado en su pasado y seguir reviviendo las mismas divisiones, odios y rencores que causaron tanto daño. Es malo cuando el pasado se transforma en un obstáculo para el futuro", señala Piñero, entrevistado en el diario español ABC.

En la entrevista, Piñera, que acaba de cumplir cinco meses en su cargo, examina la memoria histórica sobre la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y se pronuncia sobre la crisis económica internacional, sobre la situación latinoamericana o sobre el aborto y el matrimonio entre homosexuales.

"El Gobierno militar es parte de la historia (de Chile), y mi gobierno no va a ser un guardián de la historia sino un constructor del futuro", señala Piñera, para quien "a veces es bueno dejar que la historia duerma en paz".

Piñera se explaya sobre la recuperación de Chile tras el fuerte terremoto que arrasó amplias zonas de este país el pasado 27 de febrero.

"Logramos que 1,25 millones de niños volvieran a la escuela, restablecimos el funcionamiento del sistema de salud, construimos más de 60.000 viviendas de emergencia y pusimos en marcha aeropuertos, carreteras y puertos", refiere.

Piñera indica al respecto que la reactivación de la economía chilena augura un crecimiento de "más de cinco puntos" para este año, mientras en 2009 había caído un 1,5 por ciento, con la creación ahora de 200.000 empleos cuando el año pasado "se destruyeron 30.000".

Aunque no da detalles de la receta mágica para aplicar esta política de crecimiento en España y Europa, sumidas en una crisis con pocos precedentes, sí ofrece algunos consejos.

"Creo que muchos países de Europa gastaron más de la cuenta e hicieron menos modernizaciones de las que deberían. Padecen de obesidad y rigidez. La mejor forma de enfrentarla es dieta y ejercicio", es decir, "reducir el gasto y reiniciar la modernización", sugiere.

De España, Piñero señala que "se ha dado cuenta de que no puede vivir más allá de sus medios. El Estado de bienestar es para los países muy ricos. Y no dura para siempre".

En el caso de la política latinoamericana, Piñera habla bien del recién estrenado presidente colombiano, Juan Manuel Santos, a quien considera "un viejo amigo", y del también nuevo jefe de Estado de Uruguay, José Mujica, "un hombre muy bien intencionado, muy a la antigua", que dice que le recuerda a su padre.

Con otros líderes de la región, como el venezolano Hugo Chávez, el ecuatoriano Rafael Correa o la argentina Cristina Fernández, "no comparto el camino que ellos siguen, pero lo respeto. Lo que pido es que se respete el nuestro también", resalta.

En el caso de Cuba, Piñero defiende un proceso de "transición" en el que América Latina "tiene un gran papel que desempeñar", aunque "también Estados Unidos, que debería modificar su política de bloqueo económico, porque no ha producido resultados fecundos".

Sobre Honduras, asevera que la "salida de (el depuesto presidente, Manuel) Zelaya fue una quiebra de la democracia. Pero eso es parte del pasado, de la historia. No podemos cambiarlo".

Ahora, con el Gobierno de unidad nacional y la Comisión de la Verdad y Reconciliación, "están avanzando en la dirección correcta", destaca.

Piñera se manifiesta también sobre algunas reformas sociales que están ocurriendo en Latinoamérica y España, como el matrimonio entre homosexuales y la despenalización del aborto.

En relación al primero indica que "no se debe discriminar a ninguna persona, ni por su origen étnico, condición socioeconómica, opción religiosa ni por la preferencia sexual", pero, subraya, "la esencia y naturaleza del matrimonio es entre un hombre y una mujer".

En cuanto a la despenalización del aborto, se muestra "en contra" y afirma que "la decisión de abortar no le corresponde a la madre, ni siquiera a los padres de común acuerdo porque está de por medio la vida de un tercero. Nadie tiene derecho a hacerlo", aseguro tajante.

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