El presidente de Chile comienza su primera visita de Estado a España

  • Madrid.- El presidente de Chile, Sebastián Piñera, comienza hoy su primera visita de Estado a España con el objetivo de seguir reforzando los lazos entre ambos países, en especial en la parcela económica ante el interés del país sudamericano en atraer más inversiones de empresas españolas.

El presidente chileno y su esposa almuerzan en la Zarzuela con los reyes y los príncipes
El presidente chileno y su esposa almuerzan en la Zarzuela con los reyes y los príncipes

Madrid.- El presidente de Chile, Sebastián Piñera, comienza hoy su primera visita de Estado a España con el objetivo de seguir reforzando los lazos entre ambos países, en especial en la parcela económica ante el interés del país sudamericano en atraer más inversiones de empresas españolas.

Piñera, acompañado de su esposa, Cecilia Morel, y de varios ministros, será recibido por los Reyes y por el jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y hará una visita institucional al Congreso, donde tendrá el honor de dirigirse a los diputados desde la tribuna del hemiciclo.

Verá también a los Príncipes y mantendrá una reunión con el líder del PP el miércoles, con la que cerrará su estancia en Madrid.

Se trata de la segunda ocasión en que Piñera visita España como presidente, puesto que participó en la cumbre UE-América Latina celebrada en mayo del pasado año, dos meses después de su toma de posesión tras relevar en el poder a Michelle Bachelet.

El recibimiento de los Reyes en el Palacio de El Pardo abrirá hoy la agenda de Piñera, quien llega esta noche a Madrid de una gira por Italia, Israel, los territorios palestinos y Jordania.

A continuación, irá al Ayuntamiento de la capital para entrevistarse con el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón y almorzará con Don Juan Carlos y Doña Sofía, quienes le ofrecerán una cena de gala en el Palacio Real.

Mañana se verá con Zapatero en el Palacio de la Moncloa para analizar con más profundidad el estado de la relación bilateral, elevada a categoría de estratégica en 2006.

Piñera está interesado en seguir atrayendo la inversión de España, que ocupa el segundo puesto por detrás de Estados Unidos, con una cifra cercana a los 6.000 millones de euros en los últimos diez años, centrada en áreas como la electricidad, el gas, el agua, los servicios financieros y las telecomunicaciones.

El presidente chileno participará mañana en un seminario organizado por la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) para estudiar nuevas perspectivas de negocio.

Chile está considerado uno de los países más estables y con más seguridad jurídica de Sudamérica y el pasado año creció un seis por ciento, porcentaje similar al previsto en 2011 y 2012.

Esta bonanza económica no ha evitado que la popularidad del presidente chileno atraviese su peor momento, cuando este jueves se cumple su primer año en el poder, durante el que ha tenido que hacer ya una remodelación ministerial y encarar diversas protestas sociales.

El éxito del rescate de los 33 mineros atrapados en la mina de San José durante dos meses le ha permitido consolidar una buena imagen en la escena internacional, lo que refrendará en dos semanas recibiendo en Santiago al presidente estadounidense, Barack Obama.

El reconocimiento a lo que representa Chile para España hará que Piñera sea protagonista en la sesión solemne en las Cortes Generales el miércoles por la mañana.

Al igual que han hecho en los últimos años mandatarios como el francés Nicolás Sarkozy o la argentina Cristina Fernández de Kirchner, Piñera se dirigirá a los diputados y senadores desde la tribuna del Congreso.

Su visita servirá además para dar a conocer la nueva Fundación España-Chile, que tendrá como meta ahondar en los vínculos culturales, económicos o científicos.

La relación entre ambos países ha experimentado una notable progresión en la última década.

A ello ha contribuido el que haya estado exenta de controversias destacadas, una vez superada la crisis que provocó la detención del ex presidente chileno Augusto Pinochet en octubre de 1998 en Londres por orden del magistrado Baltasar Garzón acusándole del asesinato de españoles entre 1973 y 1983.

En marzo de 2000, días después del regreso de Pinochet a Chile, el Príncipe Felipe asistió a la toma de posesión del presidente Ricardo Lagos para normalizar la relación.

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