El provecho español del estornudo italiano

  • El aforismo de los economistas de que cuando Estados Unidos estornuda el resto del mundo se resfría, puede tener múltiples traslaciones a otros países en un momento tan delicado como el de la crisis actual.

José Miguel Blanco

Madrid, 2 mar.- El aforismo de los economistas de que cuando Estados Unidos estornuda el resto del mundo se resfría, puede tener múltiples traslaciones a otros países en un momento tan delicado como el de la crisis actual.

Los resultados de las elecciones en Italia fueron acogidos con gran inquietud en Bruselas, en los mercados y en los gobiernos de todos los socios comunitarios, incluido el de España, porque ese estornudo podía provocar un efecto contagio y frenar los aún escasos síntomas de mejoría de una paciente como Europa.

Pero lejos de interpretarlos como una rémora para el horizonte económico español, el Ejecutivo de Mariano Rajoy los ve como una oportunidad para que se redoble la confianza en España.

El hecho de que las urnas italianas abrieran un escenario de incertidumbre y dejasen en el aire, incluso, la convocatoria de unos nuevos comicios, se dejó sentir de forma notable en los mercados en un primer momento, aunque se han ido calmando a lo largo de la semana.

La prima de riesgo española, que el lunes se situaba en 356 puntos básicos, superó los 400 tras la consulta de Italia, y, posteriormente, ha ido descendiendo hasta los 368 con los que cerró el viernes.

Más allá de las cifras concretas, el Gobierno considera que la situación generada en Italia ha servido para constatar la trascendencia que tiene que España cuente con un Ejecutivo con la estabilidad garantizada por la amplia mayoría del Partido Popular.

Así lo han asegurado a Efe fuentes gubernamentales que han reconocido los problemas que puede acarrear en Europa que Italia tenga en el aire la formación de un Gabinete sólido.

Desde que se conocieron los resultados de esos comicios, en los que se hundió el exprimer ministro Mario Monti, Silvio Berlusconi volvió al primer plano y el líder de centroizquierda Pier Luigi Bersani logró una insuficiente victoria, el Gobierno español se ha esforzado por marcar distancias con la situación en este país.

De forma inmediata lo hicieron el ministro de Economía, Luis de Guindos, y el de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, y el jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, lo quiso dejar claro en el Congreso.

Fue en la sesión de control del pasado miércoles cuando, al responder al líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, sobre el futuro de la economía española, Rajoy aludió a las diferencias existentes entre España e Italia.

El presidente del Gobierno hizo gala de la estabilidad que representa la mayoría absoluta del PP y el valor político que tiene.

"Ya vemos lo que ocurre en otros países y las dificultades que eso nos genera a todos", añadió en referencia a la situación de Italia y la influencia que estaba teniendo en los mercados europeos.

Si el lema de tiempo atrás era que España no es Grecia, ahora el Gobierno y el Partido Popular hacen hincapié en que tampoco es Italia.

Las fuentes del Ejecutivo confían en que, pese al difícil panorama tras las elecciones en Italia, este país sea capaz de buscar una solución, y recuerdan que hay ejemplos de que así ha ocurrido en otros momentos no muy lejanos de su historia.

Pero al mismo tiempo insisten en que España puede verse beneficiada en cierto modo y reforzar su imagen y su confianza entre las instituciones europeas y los mercados.

Prueba de esa confianza creen que puede ser la flexibilización por parte de la Comisión Europea de los plazos fijados para el cumplimiento de los objetivos de déficit.

Bruselas ya ha dejado abierta la puerta a la ampliación de ese plazo y el Gobierno lo da por hecho (aunque aún no públicamente) tras los esfuerzos que cree que está demostrando y los resultados conseguidos.

Considera por ejemplo un éxito el haber rebajado en 2012 el déficit hasta el 6,7 por ciento del PIB, cuatro décimas más de lo pactado con la Comisión Europea.

Por ello, y la espera de la evolución de los acontecimientos, no baraja la posibilidad de aplicar nuevos recortes y confía en que las medidas que se han ido adoptando vayan incrementando su efecto en los próximos meses.

Las fuentes del Gobierno ven posible aún algún guiño a los ciudadanos como la bajada de determinados impuestos y se remiten a las palabras de Rajoy en el debate sobre el estado de la nación.

En esa cita parlamentaria garantizó que al final de la legislatura habrá cumplido sus compromisos electorales, que incluían una bajada de impuestos, y recalcó: "A nadie se le puede exigir que en un solo año cumpla su programa".

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